viernes, 1 de marzo de 2013

“Artefactos” de Carlos Gámez

Odio las reseñas de relatos casi tanto como los propios relatos. O más. Las mías, especialmente. En este odiar infinito también creo que más de la mitad de los cuentistas son un grupo demasiado numeroso de gente a quienes disfruto suponiendo un importante déficit de atención toda vez que demuestran, una y otra vez, una manifiesta incapacidad para desarrollar una trama que vaya más allá de la página treinta y uno. Mi odio por la reseñas no es gratuito, atiende a mis propias limitaciones: nunca sé si debo resumir los argumentos o si acaso es mejor obviarlos y buscar aquello que tienen en común. Quizá simplemente debería evaluar su trascendencia; si su lectura desencadena algo o no aportada absolutamente nada. O qué. 

Pero bueno, bien, aquí estamos una vez más. Artefactos, de Carlos Gámez, es otro puto libro de relatos que gana un premio. Hubo un tiempo (tuvo que haberlo) en que ganar un premio tenía su aquel. Uno le decía a su madre: mamá, me han dado un premio; me van a publicar; ¡hoy escritor, pronto leyenda! Y todo eran besos y abrazos y la esperanza de llevar el apellido a las enciclopedias se ponía enterita en la infeliz criatura. Se valoraba incluso la posibilidad de tener sexo gratis. Entonces uno ahorraba y se marchaba a San Petersburgo, por ejemplo, y habilitaba algún rincón en el que dejarse los muñones en la estilográfica. Hoy ya no es tanto así; sí la alegría, que es la mismita, no la esperanza. El país está lleno de genios prepubescentes que no han llegado a nada en la vida y de imbéciles que a demasiado. 

Artefactos es el resultado de vivir intensamente la profesión y no perder la afición por la cosa impresa. Le pasó a Agustín Fernández Mallo y algo parecido le ocurre a Gámez, también físico, pero al menos a éste no le da por el Spoken Word (que sepamos). En cambio sí por los cuentos, malditos cuentos. Escribió algunos y los presentó a concurso. Y ganó. Qué tío, el Gámez. 

El concurso (en algún momento de esta reseña hablaré de los cuentos, lo juro por Dios) se llama Café Mon y el premio, si no me equivoco, consiste en ser editado por la editorial Sloper llegando así a oídos de cuatrocientas o quinientas personas. Orgasmar no orgasma, el premio, pero es mejor eso que comprarle a Amazon tu propio libro cuatrocientas veces y además incluye la cláusula de que ningún autor ya publicado de Sloper puede presentarse al premio, lo cual descarta la participación de, por lo menos, ciertos poetas por todos conocidos. 

* * * * * * * * * * 

En breve segundos Lester, mi actual dealer, se incorporará de su asiento.” Así empieza el primero de esos artefactos de Gámez, el llamado Yonki como Burroughs, que es, de todos los artefactos, mi favorito. El relato, un tanto metaliterario (cosas de la putafísica), plantea la voz monologante de un personaje en un momento muy concreto de su vida: el que tarda en desenchufar un cable, para ser exactos, y que, al cambio, viene a ser toda una vida. El cuento, que hace un repaso al presente, pasado y futuro de dos personajes, plantea la narración como un ejercicio en sí mismo. Algo así: 

[…] ni recordaré que analizo las relaciones entre lingüística y neurociencias. Tampoco explicaré que el orden temporal de las secuencias es una ilusión de nuestra mente, ni hablaré de lo que he descubierto después de repasar la técnica del flujo de conciencia y su recuperación en la literatura actual. Mi tesis tras estudiar a autores influenciados por los últimos descubrimientos neurológicos (como David Lodge en Thinks…., o George Saunders a través de sus narradores en primera persona, o Dave Eggers en algunos pasajes de sus libros, o Lolita Bosch en Elisa Kiseljak, o el gran Foster Wallace): que es la mente la que necesita construir esa fantasía de la secuenciación temporal para entender los relatos. (28-29) 

Esta misma (o parecida) referencia a los estudios entre neurología y literatura (igual estoy diciendo una barbaridad, pero es que para mí la educación física siempre fue otra cosa) es una constante en todos los cuentos. En realidad ES La Constante. Quiero decir que si son ustedes mucho de letras igual no pillan todos los chistes de Gámez. En general todo el cuento es un desbarre, pero un desbarre gracioso una vez que se acaba y comprendes que ese ir y venir por la conciencia desarticulada del protagonista desemboca en una construcción lineal, que llega a cabo solito el lector y que el truco del almendruco se ocultaba entre las líneas del propio cuento. Por el camino hay que aguantar que la continuidad es una construcción mental, que el flujo de conciencia (dice el prota que dice Susan Blakmore) no existe (que operaría de modo fragmentario y no como un río continuo de palabras sin signos que la puntúen). Cada uno se justifica como buenamente puede y este cuento sólo se sostiene sobre los pilares teóricos de la paja mental. Será por eso que me ha gustado. 

El resto el más o menos lo mismo con tendencia a lo irregular (el último cuento es muy útil para dormir a las cebras, por ejemplo). Pero no se vayan todavía, aún hay más. Cuatro más. Y todos de la misma cu(e)rda. 

Tres de ellos, los inmediatamente siguientes, se supone que forman parte de un todo, pero es un todo un tanto indefinido. Por utilizar un lenguaje que entienda todo el mundo: tienen que ver unos con otros sólo porque el escritor lo dice, sólo porque la física existe y sólo por Gámez la ejerce. Que ya no está mal. Sin entrar en aburridos resúmenes les diré que todos tienen algo en común: la tecnología. Una lámpara de Ikea o un televisor que nos pone en contacto con nuestros antepasados o un diario que recoge el día a día de un hombre des-enamorado pero incapaz de iniciar otra relación por culpa de la mencionada cosa cuántica, un secreto este que el propio Gámez va revelando progresivamente al protagonista a través de unos más que oportunos correos electrónicos. Supermetaliterario. O un asomarse al futuro de las aplicaciones neurobiológicas y ver cómo esto afectará a las relaciones humanas cuando todo el mundo sabe que menos follar, que nos quiten lo que quieran. Si lo piensan bien parecen esos artículos que German Sierra escribe para Quimera. Supongo que no es del todo casual que uno de esos cuentos -no recuerdo cuál- se lo haya dedicado a él. Por algún lado tenía que hacer agua el amigo Gámez y es que cuando uno mezcla leche, cacao, avellanas y azúcar lo más probable es que salga algo con sabor a Nocilla. No es el caso, no se apuren; simplemente lo parece (unas veces más que otras) y es que, así como el roce hace el cariño, también lo empaña de física cuántica existencial, que es un poco el género con el que me gusta etiquetar estos relatos.


54 comentarios:

  1. Con tu opinión sobre los cuentos ya me has revelado todo sobre ti, Qué pena.

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    1. ¿Pena? Todo lo contrario. La de tiempo que te has ahorrado!!!

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  2. Tongoy, capullo

    El leer libros chorras -o que tú creés que son chorras- no te otorga licencia para hacer críticas chorras -y, en este segundo caso, no cabe lugar para la duda; es chorra- y, de la misma manera, al tal Gámez ser físico no le confiere ninguna prerrogativa especial para que sus elucubraciones adquieran brillantez al relatarse, ni, a mi, el anonimato, va poder permitirme, dejar de escribir como escribo. Y ser el que soy.

    Fdo. El Enmascarado Justiciero

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    1. Suponiendo que yo necesite licencia para hacer lo que me salga del churro. Digo, por decir.

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    2. Decepcionado... Uno, iluso, se cree, al escribir, en posesión de un estilo propio, único ¡inconfundible! y ya se ve que no. Desolado.

      ¿No recuerdan de que hace unos días avise que entraría en Tongoy con seudónimo y ganas de ajusticiamiento? ¿Y...? Ni más ni menos he tenido mi merecido: paladares tan exigentes como los que frecuentan este blog no se han cortado una cala a la hora de adscribir ese estilo (sublime)al afterpop y hasta tildarlo ¡de nocillista!.

      Por cierto acabo de formar un grupo post-roxk que se va a llamar WHISPERING ATOMS ¿Creen ustedes que llegaré a alcanzar el número uno de los "cuarenta"? ;-)

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    3. Jaja! Te has quedao con nosotros, Julian.
      Pero a ver, qué querías que pensáramos con ese tan entrar a saco? ;) Tampoco era normal...

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    4. Ire,

      También eso lo advertí. NO SOY una nenazza ;-)

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    5. Jajaja, qué mamón. Fíjate que lo de capullo me sonaba amistoso, pero pensé, "joder, soy un enfermo" y me incliné por un amistoso enemigo.

      Bárbaro.

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  3. Making friends. Por cierto, no tienes ninguna sugerencia más para mí. Otro plantador sería fantástico.

    Quique

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    1. No pensaré en otra cosa en lo que queda de día. Ya te contaré.

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    2. ¿Y bien...?

      Nada ¿a que no? Si es que eliges con el culo lo que lees. Eso o se publica mucha más mierda de la razonable, que también. ¿Para qué coño te lees un libro de relatos si no te gustan los relatos, hombre de Dios? Claro, luego el autor y sus amigos se suben por las paredes cuando leen el veredicto. Si es que pareces un profe de esos que van a pillar. Es como si a mí no me gusta la ópera, voy a la ópera y salgo echando pestes. Claro, los padres del compositor me mirarán con recelo y yo no les podré culpar por hacerlo.

      ¡Ojo! Nada que objetar desde aquí pero, por dios, cuánto tiempo que podrías utilizar para leer otras cosas con, al menos, mejor aspecto.

      Total, que echo de menos alguna sorpresa positiva, uno de esos desconocidos que venden poco y follan menos pero escriben no solo bien sino también diferente.

      ¿Diferente y postmoderno son la misma cosa?

      ¿Acaso no hay un Tarantino de la literatura, un pájaro que sin ser Truffaut se lo pasa todo un poco por el forrete y gusta a muchos, tanto entre los que saben mucho como los que entienden poco?

      ¿Un Iniesta de las letras? ¿Un Ferrán Adrià? Tiene que haber alguno. A lo mejor lo que pasa es que ni uno ni otro necesitaron nunca un editor que validara su talento. ¿Puede ser, Tongo, puede ser esa la explicación? Dios mío, no quisiera yo...

      También es verdad que luego hablas bien del tal Celso Castro y voy yo y no me creo que con un nombre como ese se pueda escribir tan tan bien. Total, que no me lo compro.

      ¿Te has fijado? ¡Cuántas preguntas!

      Tu Quique




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    3. ¿Tú leyendo a Celso Castro? No te veo. NO te pega.

      A ver, yo te recomendaría un libro, pero lo tengo sin terminar y me da no sé qué. Se trata de TOM JONES de Henry Fielding. Es una de esas obras maestras y tal. A mi me gusta mucho y me atrevería a recomendártelo, pero ojo, me queda como la mitad o así, no sé. Yo tengo la edición de espasa. 18 euros en Amazon, creo. También la tiene cátedra, pero es más cara. Es tochito, como el plantador, pero sé que a ti eso te da igual.


      Por cierto, el de ARTEFACTOS lo leí porque me lo mandó la editorial y yo, que soy un tipo curioso, no supe decir que no. Es lo de siempre, Quiquiño, si no leo no puedo opinar y a mí me gusta es hablar con un mínimo de conocimiento de causa, aunque la ignorancia, que es muy atrevida, me juega de vez en cuando malas pasadas.

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    4. ¿No me pega Celso Castro? ¿No era tan bueno? ¿O soy gilipollas? ¡Explícate!

      Por otro lado, no hace falta opinar de todo, flor. Opina solo de lo que, al menos, tenga más o menos buena pinta aunque a posteriori te la puedan colar igual. ¿Que son relatos? Pues no te lo lees, luego no opinas, luego no pasa absolutamente nada.

      Si en tu vida vas a poder leerte X libros e Y son una puta mierda, solo disfrutarás X-Y (Z). Si la cuestión es maximizar Z, es importante minimizar Y. Dicho esto, puedes hacer con tu vida lectora lo que te salga del nabo, claro está.

      Tom Jones ¿eh? Venga, lo miro. ¿Con este sí me ves?Gracias y saludos.

      Enrique Torralba

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    5. Mira que eres petardo...

      Castro no tiene nada que ver con "El plantador....". Tom Jones... bueno, quizá algo más.

      A ver: yo no conozco a NADIE a quien no le haya gustado Castro. Y dudo que tú seas la excepción. Simplemente creí que querrías otro tipo de novela (o "que te iba" otro tipo de novela). Tampoco te tengo muy pillado el punto, honestamente, Quiquiño.

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    6. Empiezo a sospechar que necesitáis darle un nuevo aire a vuestra relación. Podríais, incluso, quedar un día, miraros frente a frente y decidir si os seguís queriendo por lo que sois, no por lo que os recomendáis.
      Digo yo. vaya, desde mi supina ignorancia.
      Si va a haber unas cañitas de por medio, llamáis. Me ofrezco de árbrito.

      Un saludo, Quique.
      Una colleja, Charles, a ver si te dejas ver. Y si aprendes algo de Física.

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    7. Mira que se lo digo veces: Quiquiño, aquí hay que venir folladito de casa. Pero ni caso.

      Por cierto, respecto a la cuestión de la ecuación. La tía de Ackerley, un escritor/editor británico, que vivió con él una temporada le decía: "Reconozco que me he equivocado a la hora de escoger a los hombres, pero no es menos cierto que me lo he pasado maravillosamente." Pues exactamente lo mismo pero cambiando hombres por libros es lo que me pasa a mí. Esto no es para siempre, Quiquiño. ¡Fiesta!


      Marietuqui, tenemos que quedar, lo sé. El que es desastre es desastre. Bicos.

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    8. No sabríamos de qué hablar. De la vida y tal, supongo. Y es que soy muy chulín en la ficción pero luego en la vida real soy un poco mierdecilla. De ahí mi sensibilidad exacerbada.

      Estoy contigo en lo de que esto no es para siempre, luego ¡fiesta! Los hay que no se dan cuenta, que se creen que todo esto va de sufrir, lo mismo ellos que los demás. Y en eso andan. Y son muchos y muy poderosos. Por cierto, eso también vale para la literatura (siempre que no nos ahoguemos).

      Hace años que quiero pasar por la tierra de Franco, de Fraga y de Rajoy, pero no lo consigo. Si algún día me acerco os lo digo y me pago una buena comida con su bebida y nos pillamos medio pedo de aquellos que no se pilla uno todos los días.

      También se podría apuntar Nehmo, que si no se ha muerto seguirá teniendo facilidad de palabra. Vamos, digo yo.

      Quique

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    9. Bueno, yo también creo que esto de la literatura va mucho de sufrir, pero mejor los demás que uno mismo. Y en eso ando. Jeje.

      Lo de la comida está hecho. Ya daremos con un tema de conversación y si no siempre podemos limitarnos a beber y esperar que no tarde en llegar la risa floja.

      Nehmo me escribió no hace mucho (un mes o dos). Esta bien, liadillo. Juró volver. Lo supongo follando o algo, pero más por hacerle un favor que otra cosa.

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    10. Madre mía, Quique. Así introducido, hasta se me quitan a mí las ganas de vivir en esta tierra. Sé que cuesta creerlo, pero en Galicia también nace gente honrosa.

      Tendrás suerte si me hermano encuentra un hueco para comer. Yo creo que se alimenta de su cultura. Y apenas recuerdo su cara.
      Pero no te preocupes. Yo como. Y bebo. Y considero que cualquier momento es bueno para pillarse un medio pedo.

      Y Nehmo, por dios, manifiéstate.

      Un bico e unha aperta. Lo que viene siendo un beso y una abrazo de toda la vida, pero de la tierra.

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  4. Yo una vez gané un concurso de cuentos y antes que nada llamé a mi madrè para decírselo. Otra, quedé segundo, y llamé diciendo que había ganado. Y una última,quedé finalista, y llamé diciendo que tenía posibilidades. Mamá, que sabe gramática parda, todas las veces me dijo lo mismo: ¿ves? por eso no escuchas, porque siempre andas pensando en tus cosas

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  5. El libro es flojito, tal vez no tanto como otro de Sloper, DURMIENDO EN GOTHAM, pero con una verborrea considerable y estructura tambaleante. Y van ... Pero, como se ha dicho muchas veces, la culpa es de las editoriales. ¿Han perdido el criterio? Porque este libro venderse, no se venderá mucho, digo yo, así que el beneficio no puede ser la causa de su edición. ¿Tal vez amiguismos u otros enchufes? Por cierto, no te pierdas el último desaguisado de Sloper, LA MUSA Y EL GENERAl, escrito por el propio editor de Sloper, Román Piña Valls, del que tanto te gustó STRADIVARIUS REX.
    Por cierto, gracias por tu reseña anterior sobre el libro de Iván Repila. Lo estoy leyendo y ése sí escribe bien.

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    1. No se lo va a creer pero Durmiendo DURMIENDO EN GOTHAM era una de mis próximas lecturas. O quería serlo. Aún así, creo que me arriesgaré.

      No se merecen. Un saludo.

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  6. Aquí tienes el video de promoción del libro. Dífruta, Tongoy ...http://www.youtube.com/watch?v=PKEFQoiVao4

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  7. Hola. ¿El anónimo de los dos primeros comentarios no será el amigo Gámez, verdad? No, no puede ser... qué cosas se me ocurren...
    Otra cosa: he leído por ahí que David Foster Wallace es el San Pancracio de los escritores gafapastos, que a algunos ya sólo les falta ponerle perejil... je, je, no sé, a mí me ha hecho gracia...

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    1. No creo que sea el propio Gámez, Jonan, pero alguien próximo si no a él al circulillo igual sí. Lo que no entiendo es por qué están a la que salta. A ver, yo ni de este señor ni de este libro ni idea, es la primera vez que oigo hablar de él. De entrada lo de las neurociencias no me llama mucho, aunque ya sé que es lo último. Si lo han leído y les ha gustado estaría bien que rebatieran la reseña aquí presente para despertar el interés en su lectura. Yo, en principio, estoy abierta a todo pero me tiene que motivar, claro.

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    2. El amigo Gámez no escribe anónimos. Cuánta hiel. Así nos luce el pelo.

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    3. Ire, no creo en el autobombo y sí en la lectura. Puedes leer el comienzo del tercer relato en la siguiente dirección:

      http://www.autorespremiados.com/cuento-cuantico-extracto-ix-premio-de-novela-cafe-mon/

      Que te anime a seguir leyendo ya es cosa tuya.
      Un saludo.

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    4. Por cierto, que el amigo Gámez está bastante satisfecho de haber sobrevivido al huracán Tongoy.

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    5. También el huracán Tongoy está agradecido por la visita y la deportividad del amigo Gámez.

      Un saludo.

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  8. Coincido, Carlos, pero no por las razones que aduces –por cierto, eso de "supermetaliterario" también puede decirse de... qué sé yo, de 'Pepita Jiménez', si me apuras–, sino porque a mitad del libro tuve una profunda sensación de déjà vu y de hastío. De pronto me pareció que estaba leyendo algo muy vintage que quizás habría tenido una buena acogida en los años de la burbuja.... inmobiliaria. 'Artefactos' tiene cosas, sí, pero...

    Lo interesante de la así llamada generación Nocilla es que algunos de sus miembros supieron vender muy bien al personal –incluido, me temo, a ti mismo– que lo que hacen o hacían es o era algo "nuevo", cuando de nuevo no tenía ni tiene absolutamente nada. Insisto: nada.

    Anónimo de las 19:26 y las 19:34: ¿acaso has leído el libro del que hablas o simplemente te place poner en la picota a Piña porque sí?

    Por último: Carlos, ¿pero qué coño tienen de malo los cuentos? No me explico esa especie de apología glandular de la novela ("sostener una trama" y demás...) Ya sé que no vas a estar de acuerdo, pero a mí me parece que es bastante más difícil escribir un buen cuento que una buena novela.

    abrazo.


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    1. Por supuesto que me lo he leído y ya el inicio con la simulación de la entrevista me pareció una chorrada ... Mira, yo no conozco a RPV así que no tengo nada personal contra él, pero estoy un poco harto de puñeteras frivolidades y más cuando se trata de un asesino como Franco. Tal vez tú que eres amigo suyo tengas otro punto de vista diferente, me parece bien.

      Saludos

      Javier

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    2. Bueno, Piña tiene esa vena lúdica. Al menos estamos de acuerdo en algo: sin duda, Franquito fue un asesino.
      Saludos

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    3. El humor negro, el sarcasmo ... todo lo que usted quiera cuando se trate de tocar a personajes como Franco, Hitler, Stalin, Castro y una larga lista de monstruos asesinos, pero no la frivolidad. Piña es pueril en estilo y lo es éticamente. Por otro lado le aseguro que también compartimos opinión respecto a los nocillos.

      Saludos, Señor Cadou

      Javier

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    4. Definitivamente La musa y el general es un libro (o lo será) de obligada lectura. Daremos cumplida información.

      Cadou, claro que me gustan algunos cuentos y a muchos les reconozco un mérito enorme. No hay que hacer caso de todas cuantas gansadas digo. Hay mucho ánimo de meterme con la gente. No leería cuentos si no viese algo en ellos o esperase verlo. Para darte pruebas de mi buena voluntad, un día de estos reseñaré mi cuento favorito. No diré cuál es, claro, hasta que llegue el momento.

      Abrazo y gracias por pasar.

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  9. Empiezo a sospechar, que más que los relatos, tu problema es la "putafísica". Sabíamos que eras de letras, por eso nunca insistimos en casa para que la entendieras. Te paso un manual de Física Cuántica subrayado la próxima vez que coincidamos.

    Bicos e apertas

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    1. ¡A ti quería yo verte por aquí! Sabía que no podrías resistirte. Espero ese manual o su equivalente resumido.

      Bicos.

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  10. (He borrado el siguiente comentario por error:)


    Jonan ha dejado un nuevo comentario:

    Perdón por la desconfianza, amigo Gámez. Pero ándate con ojo, que parece que tienes por ahí un admirador acérrimo, de esos en plan "psicofan"...

    Un cariñoso saludo, en todo caso (la portada del libro, muy chula, por otra parte, eh?)

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    1. Amigo Jonan, visto el (Julian) bluff de El Justiciero Enmascarado, respiro más tranquilo. No me apetece mucho tener "psicofans". Pienso que es mejor que los textos se defiendan solos. Así que voy a tratar de trabajar lo más duro posible para intentar satisfacer en el futuro a lectores exigentes como González Peón que, visto como las gasta, ha decidido conceder cierta clemencia a algunos aspectos de esta, mi primera obra.

      Un cordial saludo a todos y sí, celso castro es un escritorazo como la copa de un pino pese a su nombre.

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    2. Nadie lo duda, Sr. Gámez, nadie lo duda. Se trataba más de constatar mi propia estupidez que de poner en duda el talento de Mr. Castro.

      Quique

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    3. Un crack, el señor Gámez: todo un "sportman". Me descubro ante él.

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  11. Que no te gusten los relatos es lícito, Carlos, que tu cultura en este terreno sea pobre se pueda hacer mofa sobre ella -acabas de descubrir a Mrozeck hace poco, válgame jesúscarrasco-, pase, pero que aun así le des oportunidad a libros de relatos a sabiendas de que tus propios prejuicios te van a impedir disfrutarlos... joder, no te gustan los relatos pero te gusta ser gilipollas a voluntad.

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    1. Error. Errores, en realidad, pero me voy a detener en uno: no es la primera vez que una novela me manda los prejuicios a tomar por culo. No habrá sido la última, tampoco. La diferencia de Gámez frente a otros autores es que sobre él no pesaba prejuicio alguno. Qué cosas, eh?

      En lo de ser gilipollas le doy la razón. Es vocacional.

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  12. ¡¡Dioses!! ¿Tienes ya suficiente poder como para convocar la Nocilla en pleno?
    Úsalo sólo para el Bien.

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    1. El bien no es creativo. Mejor para el mal.

      Y no, todavía no logro convocar a todos los nocillos. Y ya me joder, porque son unos cuanto y mira, lo que ganaría en visitas.

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  13. Escribir un buen relato es mucho más fácil que escribir una buena novela, es menos trabajo cuantitativamente hablando, está claro. Si nos ponemos a elucubrar acerca de la complejidad de escribir un buen relato, o una mala novela, igual nos ponemos cuánticos y no es la idea.

    Los libros de relatos me parecen a priori una forma de acercarse a un autor, de testarlo, de ver si nos pone.

    También está la eterna cuestión de si los relatos deben tener un nexo común o no, personalmente, cuando los relatos tienen demasiado en común y el resultado final no es mayor que la suma de las partes no llego ni a terminarlo ¿Para qué leer el mismo relato siete veces?

    También es verdad que después de tanto tiempo no me siento en condiciones de decir si un relato es bueno o no. Por lo que he visto últimamente parece que los relatos son mejores cuanto más parece que están sin terminar (Estoy con "Llamadas telefónicas" y ni fú, ni fa, ni fo...Lo que sí sé es cuando algo me gusta, y ya lo decía mi madre que me gusta todo lo caro (y lo bueno)... Así que si alguien anda buscando recomendaciones de libros de relatos los que más me han gustado últimamente son "Vidas prometidas", "El acontecimiento literario del año" y "De mecánica y alquimia". Del afamado Carver "Catedral" y "Short cuts" están muy bien, pero tampoco considero que sea como para llamar a casa y contarlo. "El malestar al alcance de todos" y "El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan" están bien para echar un ratito también.

    En cuanto a tu relato favorito ¿No estaba implícito en el nombre del blog o es que hemos cambiado de chaqueta por una más nueva y a la moda que nos hace olvidarnos de la vieja?

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    1. No, mi cuento favorito es anterior a este de Vila-Matas. Lo cierto es que quitando la anécdota del nombre tampoco es un relato que me haya entusiasmado.

      Yo tengo por casa en nuevo de Pron. Tengo que devolverlo el día 18. Debería ir poniéndome con él. No pensaba leerlo pero pasé un día por la biblio y allí estaba.

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  14. Tras padecer cierto apalancamiento en la novela, hecho que me sobrevino tras dos años intensos alimentandome exclusivamente de literatura del XVIII y XIX, tube como diría un alcohólico "un momento de lucidez" y tras repasar vida y milagros de mis escritores de cabecera, me di de bruces con verdaderas "perlas" de no más de 50 páginas. Doy nombres ... de autores: Maupassant (imprescindible), Faulkner (para completar su obra ), Melville (sorprenderte), Onetti (este especialmente me ...), Thomas Hardy (inquietante ).
    Supongo que no os descubro nada nuevo, simplemente soy nuevo por aquí y tenía ganas de asomar la patita.
    Buen blog.

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  15. Pues aquí estoy. Con un dulce hogar (oxímoron) y sus imperativos domésticos, más la redacción de una tesis doctoral, correcciones de exámenes a granel y clases matutinas a una legión de adolescentes que no conoce la piedad. Sin tiempo para casi nada, ni siquiera para enviarle a Quique la prometida reseña de su "Un sol de justicia", que llegará, se lo prometo firmemente, tarde o temprano. Intentaré pasarme por aquí más a menudo, y desde ahora me comprometo en firme para el viaje a las septentrionales tierras galáicas.

    Sólo un comentario, que no me puedo contener: es curioso cómo la neurociencia se esfuerza en demostrar, mediante contrastación empírica, lo que ya afirmaran Kant, sobre el tiempo y el espacio como realidades lógicas mentales (o intuiciones puras de la sensibilidad), y David Hume, sobre la negación de la identidad del sujeto y la propia existencia del sujeto (una ilusión fenoménica producto de las impresiones sensoriales y el orden causal anterior y posterior impuesto por la memoria). Todo esto en el siglo XVIII. Lo repito: XVIII. Y luego los de filosofía somos "opinadores" sin valor en el campo del conocimiento y con tendencia a fumar ingentes cantidades de drogas blandas. Me cago en el culo de Skeletor.

    Y bueno, el hecho de narrar teniendo en cuenta esos "descubrimientos" de la neurociencia me parece algo gratuito. El caso es que nosotros construimos la realidad percibiéndola como un continuo espacio tiempo de causalidad lineal (al decir de Sheldon Cooper), y resulta más que legítimo narrarla de esta manera. Lo que hace esta gente me parece innovación algo gratuita, con el fin de hacerse notar un poco, pero, a mi juicio, la auténtica inventiva debe ser algo más.

    Un abrazo a todos. Me paso pronto.

    Nehmo.

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    1. Te noto en forma, Nehmo.

      Me alegra verte.

      Un abrazo,

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    2. Estimado Nehmovich, soy suficientemente egocéntrico y autocomplaciente para considerarme a mí mismo muy por encima de la media publicada. Todo lo que espero de tu reseña es confirmar lo que yo ya sé o, al contrario, que no tienes ni puta idea de nada.

      Si no hago nada para que se publique tiene algo que ver con el hartón de follar y ganar dinero que me vengo pegando de un tiempo a esta parte sin necesidad de arrastrarme por los despachos del mundillo.

      Dicho esto, ya tardas, sinvergüenza.

      Quique, con amor.

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    3. Los autores que aparecen en la cita de Tongoy, en su mayoría anglosajones y contemporáneos, más que innovar con las nuerociencias, lo que hacen es contribuir a su tradición literaria actualizando los nuevos saberes sobre el cerebro, en donde nombres como Joyce o Faulkner introdujeron las teorías de James (el psicólogo) para tratar de construir la nueva realidad del individuo que perseguía el modernismo. Algo muy común a principios del XX, cuando las ciencias y las artes también pretendían construir una nueva realidad (véanse Einstein, la Mecánica cuántica y las Vanguardias). La única escritora catalana que figura, Lolita Bosch, reivindica desde el feminismo el discurso del monólogo que ya estipularan el propio Joyce con Molly Bloom y Virginia Woolf. Se trata de otra forma de abordar la tradición.

      Pese a su clara formación jesuítica, y por tanto, aristotélica, no creo que Joyce estuviera narrando con la premisas de Kant (tal vez los autores contemporáneos si lo hagan con las de Hume). Sino, no se consideraría su técnica (que suele pirrar a los científicos) como algo extremadamente novedoso (Nabokov dixit). Y sería bueno en ese caso que no se despreciaran las aportaciones actuales a ese tipo de narración (como hace Franzen en Las correcciones con Gary, un personaje capaz de autodescribirse continuamente a partir de los índices de sus neurotransmisores, algo que resulta muy cómico, además de crítico con el personaje y con la ciencia en la que cree a pies juntillas), para no tener que pegarnos 50 años regenerando la literatura española con figuras externas como hicieran Benet, Martín-Santos o Guelbenzu entre otros. Para una vez que estamos algo al día, tal vez ganemos tiempo.

      Por mi parte, y como creo que Tongoy plasma muy bien en su reseña, utilizo la neurociencia con un tono claramente burlón, pues el peso del relato lo lleva un narrador que no es nada fiable (algo de sobra inventado). Yo no innovo. Creo no haber afirmado en ninguna parte que mis textos innovan (como mucho actualizan). Si así ha sido, corrígame por favor. Siempre se puede aprender de los errores. Y otra cosa, si otros necios consideran a los filósofos unos "opinadores", le pediría que no me incluyera en esa lista. Siempre he aprendido mucho del pensamiento y la filosofía. Un saludo.

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  16. Tongoy, a ver si con un poquito de tiempo, (ya sé como anda usted de atareado en estas cuestiones)hiciera una reseña de "Reflejos en el ojo de un hombre" de Nancy Huston y que acaba de editarse en España por Galaxia Gutenberg. Me gustaría mucho leer su opinión y la de Lansky.
    Si ocurre que tengo la suerte que la comente (por puro gusto, no más)ya hablaremos.

    Valeria

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    Respuestas
    1. Y tanto que acaba de editarse. Ayer, nada menos. Y yo mirando si ya lo había en la biblio...
      Bueno, lo he pedido, a ver si hay suerte. NO soy mucho de reseñar ensayos, pero alguna referencia a él se podrá hacer, digo yo. (Todo esto si me lo aceptan, claro, porque como "compra" no lo había yo previsto).

      Estoy super-al-día. Ayer también pedí un libro que acababa de salir ("Magma" de Iyer). Dentro de poco seré capaz de anticiparme a los estrenos. Será mi próxima meta.

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