viernes, 31 de mayo de 2013

“Incendios” de Wajdi Mouawad

A VECES es simplemente cuestión de perspectiva. Me refiero a nuestra personal valoración de algunas obras. Es una cuestión de perspectiva. Además de las habituales mentiras de la crítica y los intereses propios —legítimos, qué duda cabe— de las editoriales hay una parte de todo este circo de complacencia y buenismo que tiene que ver con los malos hábitos adquiridos, desarrollados y nunca corregidos. Una parte, ojo; que nadie se agarre a este clavo ardiendo no se vaya a quemar.

Me explico. La costumbre de leer obras mediocres o directamente malas durante demasiado tiempo (ah, qué gran mal, la amistad) puede llevarnos a creer que estamos realmente frente a una supuesta maravilla que como tal anunciamos y damos a entender. Pongamos un ejemplo: uno de los peores libros que he leído en los últimos años ha sido Asco de José Angel Barrueco (y no fue porque me pillase en un mal día, precisamente). Para que se hagan una idea: comparado con el de Barrueco, Intemperie de Jesús Carrasco es una maravilla. Pero es, como decía, una cuestión de perspectiva, porque comparado con el de Carrasco Gótico carpintero de William Gaddis, por ejemplo, es una puta obra maestra. O El plantador de tabaco —de inminente reedición, aviso—. No hay color.

Pues bien, un pasito antes de Gótico..., tres antes de El Plantador... y seiscientos cuarenta por delante de Intemperie (el de Barrueco no aparece ya que mi aplicación no opera con decimales) se sitúa este pequeña maravilla llamada Incendios de Wajdi Mouawad.

* * * * * * 

Llevo tiempo demorando esta reseña. No hago más que poner excusas. Que si quiero volver a leerlo, que si quiero terminar la tetralogía (ya llegaremos a esto), que si antes quiero ver la película, que si no sé ni por dónde empezar. Y todo esto es cierto y todo esto es mentira. Quiero volver a leerlo, claro, y ver la película y releer lo anterior y leer lo siguiente y lo que está por venir, pero entremedias Incendios existe, es una realidad, es un libro escrito, publicado, leído y representado, no necesariamente por ese orden. Es una obra con principio y final, siendo su inclusión dentro de una tetralogía una simple cuestión temática. Y es, como decía, una obra representada, porque –me arriesgo ahora a una espantada general- Incendios es teatro. Oh.

No es fácil resumir el argumento. Una mujer muere tras años de silencio dejando como única herencia un par de cartas que han de ser entregadas a sus dos únicos hijos. A ella le encomienda la búsqueda de un hermano desconocido, allá en el Líbano; a él, la de su padre. O quizá sea al revés. En cualquier caso da igual; el resultado es el mismo. Por supuesto, hay una razón para tanto misterio, pero me la voy callar porque, tal como se dice en el libro, “Hay verdades que sólo pueden ser reveladas a condición de ser descubiertas”. Por un lado está la búsqueda (reticente en el caso de él) tanto de su padre como de su hermano y por el otro la narración, en flashbacks, de lo visto, vivido, de lo sufrido por su madre muerta: la razón de su mutismo. Esto, dicho así, puede no parecer gran cosa. Error. Craso, además. Les invito a probar. Les invito a intentarlo. Busquen el libro, ojéenlo, empiécenlo. Les reto a dejarlo por la mitad. (1) (2)

Cuando más arriba hablaba de perspectiva me imaginaba a mí mismo leyendo algún libro reciente que me hubiese gustado, por aquello de enfrentarlos. El último fue ayer mismo: La misma ciudad de Luisgé Martín. Con todo lo que me gustó, que fue bastante, no hay ni punto de comparación con el texto de Mouawad. No hay (en el de Luisgé) ese momento de no poder dejar el libro (o casi, ya que de tan breve no da tiempo a que tal cosa ocurra) y sí hay, en cambio, (en Incendios) una historia que atrapa desde la primera página y un tema que gana en interés, pero sobre todo una forma de contarlo que resulta fascinante. El teatro me ofrece, al menos en esta ocasión —quizá por mi ignorancia en el tema—, una posibilidad que no he encontrado en la narrativa: compartir en el mismo espacio, en un mismo instante, historias alternativas situadas en espacios físicos y temporales completamente diferentes; cruces de conversaciones que, a pesar de la distancia imaginaria, se interrumpen, se intercambian pero también se complementan y se refuerzan. 

Todo suma y en Incendios la suma de sus partes da como resultado una obra absolutamente genial. Uno de esos libros, una de esas lecturas, que nos devuelve a los lectores la perspectiva perdida; que nos ayuda a entender que no todo lo que creemos bueno lo es realmente (ni remotamente) y que no toda la experimentación es un campo minado de errores.

Se me ocurren otros libros en los que dejarse el capital durante la Feria del Libro de Madrid que empieza hoy, pero mejores que este, pocos. 





(1) Traducción e introducción de Eladio de Pablo. KRK Ediciones, 2011.

(2) Sinopsis, también insuficiente, extraída de la web de la editorial: "Incendios es, tal vez, de la tetralogía La sangre de las promesas, la obra de Mouawad más trágica. Una joven, casi una niña, concibe un hijo fruto del amor, en una sociedad atravesada por la guerra y el odio. El niño le es arrebatado nada más nacer y Nawal, esa joven casi una niña, no cejará hasta encontrarlo, puesto que ha hecho la promesa de amarle siempre, "ocurra lo que ocurra". Y comienza una búsqueda obstinada, un viaje a lo desconocido. Y cuando, después de muchos años, al fin encuentra a su hijo, Nawal comprende que el amor y el horror pueden ir de la mano de una manera terrible, terriblemente humana. Y el fogonazo de esa revelación la hace callar para siempre. Vivirá en silencio los últimos años de su vida y solo hablará a través del testamento que deja a sus hijos gemelos, Jeanne y Simon, a quienes encarga también una búsqueda: la de su padre, que ambos creían muerto, y la de un hermano cuya existencia ignoraban absolutamente. Jeanne y Simon, al igual que su madre, emprenderán un viaje a lo desconocido, un viaje a través del espacio y del tiempo (pero también al interior de sí mismos), para acabar encontrándose a sí mismos."


25 comentarios:

  1. Agapito Martínez31 de mayo de 2013, 11:46

    Estupenda obra y un gran autor fuera de toda esa mierda promocionable que anda por ahí...
    Y, Carlos, no seas tan duro con el Barrueco, que escribir de momento no escribe bien, aunque lo intenta en demasiados libros, pero tiene un blog de literatura y cine que no está mal, aunque de cine no coincido con él en nada de nada...
    Espero con ansias tus comentarios sobre "Los Hermanos Sisters".

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    1. Es decir, que lo único que te gusta de Barrueco es que tiene un blog con reseñas de libros actuales. Coincidimos, entones. He visto que sube carteles de cine pero no le presto mucha atención. No entitendo a la gente que sube carteles de cine a un blog.

      Pero hablemos de cosas más felices.

      "Los hermanos Sisters". Trataré de ponerme este finde con la reseña, pero ya veremos, porque lo tengo movidito. Hoy quería empezar y terminar la de "La misma ciudad" de Luisgé Martín que me leí ayer casi del tirón (chiquitín, chiquitín).

      Te debo la recomendación de Mouawad. No lo olvido. Gracias.

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  2. Teatro. Joder. Primero fueron los relatos y ahora esto. Pues creo que de este voy a pasar. Why? Because en teatro todo lo tiene que decir alguien y, aunque a Shakespeare le quedan de puta madre, los diálogos acaban haciéndoseme artificiales.

    Pero bueno, ya me imagino que la culpa es mía pues soy un outsider, un profano. En definitiva, un mierda.

    Saludos

    Quique

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    1. No creo que me lea el libro, pero la peli (Incendies) ya la he visto y no está mal.

      A mí no me gusta demasiado el teatro pero "Esperando a Godot" de Beckett es uno de mis libros favoritos y "El rinoceronte" de Ionesco me parece bastante buena. Puedes probar.

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    2. Godot lo leí hace como veinte años. TEngo un recuerdo vago, más de la wikipedio que mio, honestamente. También tengo una edición muy chula de Tusquets de su Teatro Reunido que demoro eternamente. El de Ionesco no lo conozco, pero eso del rinoceronte me dice algo, no sé qué.

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    3. Quicón, no exageres, que es teatro, no una paliza.

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  3. Tomo nota, pero, ¿23 euracos? ¿Podemos esperar una edición en tapa blanda o ebook próximamente? ¿Qué tal la traducción, por cierto?

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    1. Es un robo. Además el librito es chiquito aunque la edición es espectacular por su calidad, papel, tapas... todo. Yo la pillé en la biblio pero algún día me acostaré con alguien a cambio de que me la regale. La colección entera, se entiende.
      Y no, yo creo que esto en tapa blanda no lo vemos en la vida, aunque no estaría mal una tomito recopilatorio.

      La traducción no sabría decirle. A mi me pareció impecable.

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  4. Sí, desde luego con Barrueco la tienes linda. Quizá el morbo me lleve a leerle (cuántos despropósitos financieros causa el puto morbo). Para compensar, te recomiendo otra pequeña obra maestra, "Stoner", de John Williams, no el de las BSO, sino un casi desconocido en España. Fabuloso.

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    1. Es que es todo un personaje. NO tanto él sino... bueno, da igual.

      Hablando de Stoner. Lo conozco. De hecho no hace mucho que lo comenté. Le dejo un enlace a la reseña.

      http://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2013/04/stoner-de-john-williams.html

      Un saludo,

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  5. Ah, estupendo, le echo un vistazo, no lo sabía. Me dejas con un saborcillo incómodo en la puntita: cómo que un personaje, no tanto él como... Hombre, explícate, que me voy a gastar o no la pasta en su libro.

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    1. Me sorprende de Barrueco el respeto que parece inspirar. Yo veo en muchas de sus reseñas un buenismo y una complacencia exageradas. Llegó a decírmelo también algún editor, que ya es mucho decir. NO entiendo, por otro lado, que escribiendo lo que escribe (lo que yo leí) tenga hueco en tanta antología, por más que sean de amigos y familiares.

      No se gaste la pasta en el libro, no haga eso. No vale la pena.

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  6. Vale, convencido, gracias. Pero no fantasee con lo del affair Barrueco. No se le conoce, es del sector yo-mí-me-conmigo que aparece hasta en los anuncios de tampones. Nada más. Su obra no está en ningún altar mediático ni cultureta, que sepamos. El feisbu y el tuit son lo que tienen. Ya no te molesto más, que para no conocerte te estoy jodiendo el Sálvame Deluxe más de la cuenta. Saludos.

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    1. Oh, no fantaseo. Sé perfectamente le lugar que ocupa Barrueco, pero es que precisamente por eso me sorprende la actitud de algunas personas hacía él, como si realmente diese lustro a algo.

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  7. Yo tuve la inmensa suerte de ver la obra cuando la representaron en Matadero los de la compañía original. En francés sobretitulada, más de tres horas de obra y algo cansado. Y a pesar de ello, me quedé extasiado. El texto es magnífico, pero el uso que hacían de los recursos escénicos no era peor. La interpretación. Todo... No me atrevo a decir que es la mejor obra que he visto nunca, pero sin duda que no he visto ninguna mejor.

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  8. "No me atrevo a decir que es la mejor obra que he visto nunca, pero sin duda que no he visto ninguna mejor"

    ¿¿¿ ???

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  9. No dejas de sorprenderme, Carlos, jeje. Teatro..., ¡manda huevos! Lo leeré más adelante que ahora ando liado con la G80. Gracias por recomendarlo. Tiene muy buena pinta.

    Por cierto, menuda sorpresa Jenn Díaz. Mucho mérito escribir así a su edad.

    Abrazos.

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    1. Bueno, estoy bastante cojo en teatro, pero de vez en cuando me gusta echar un vistazo.

      Suerte con ese proyecto. No te vuelvas loco. Más loco, quiero decir.

      Abrazo,

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  10. ¡Vaya! Menos mal. Ya temía yo por tu salud

    En relación al "Plantador...". Podrías colocar en el blog un calendario en cuenta atrás, al estilo de BCN 92: faltan 30 días, faltan 29 días, y así. ¿Para cuándo? ¿Qué editorial?

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    1. ¿Para cuándo? Para YA.

      Lo edita Sexto Piso y creo que su intención era sacarlo para la feria de Madrid por lo que si a estas alturas no lo tienen a la venta será cuestión de días. Digo yo, vamos; salvo que se les hayan jodido los plazos.

      Aquí el enlace. Veo que todavía no han puesto el precio.

      http://www.sextopiso.com/esp/art_detalle.php? ida=370

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  11. No se llama Miguel Angel Barrueco. Más seriedad, please.

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    1. ¿Seriedad? Anda que....

      Gracias por el aviso. Luego lo cambio.

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  12. Acabo de leerlo. Me ha encantado. Apenas he leído libros teatrales. Este me ha encantado. En ciertos momentos que haya varias voces en una misma escena refuerza la intensidad de lo narrado. Al contrario que Ánima, que resulta algo más disperso, quizá porque son más de 400 páginas, aquí Wajid no da puntada sin hilo, no sobra ni una línea y su estilo, su forma de narrar, es vigorosa e intensa. Un libro que ofrece una interesante aportación a ese corazón de las tinieblas, a ese origen del mal del que nada bueno puede sacarse. Como en Ánima no falta lo trágico, la violencia, las masacres, que parecen marca de la casa. Pero su mensaje de esperanza, esa afán por recuperar la dignidad o por no perderla, por darle la cara al revanchismo, me parece un buen camino.

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