lunes, 10 de agosto de 2015

‘El hijo de la bestia (y otros relatos de terror y sexo extravagante)’ de Graham Masterton

La cosa va de follar. Pero no... gratuitamente, digamos. ¿Saben la del fontanero que llega a una casa…? Bueno, pues NO, así no. Se trata de que el sexo, aún dentro del aquí te pillo aquí te mato, tenga alguna razón de ser, maldita sea, que al lector de Philiph Roth le gusta el porno con argumento. Digo: o hay motivo, o no hay roce. Y otra cosa no, pero roces hay unos cuantos. Y excusas, por ahí. Ahora bien, hay que cogerlas con cariño, la excusas, los motivos, o tampoco.

Algunos ejemplos (de este recopilatorio de relatos) para que se sepan por donde irán los tiros:

En El mecánico grasiento, por ejemplo, un hombre llega a un taller en el que la señorita mecánica —que, como en todos los relatos de este libro, estará de morirte de buena— además de saber de coches gusta de follar con perfectos desconocidos. Él, por ejemplo. Nuestro protagonista no tardará en sentir el famoso palpitar en la entrepierna. De ahí al cielo. O al infierno, más bien, viendo lo que se le viene encima: cosas que hacen que al final el follar sea casi lo de menos. Este es relato perfecto para aquellos aficionados al mundo del motor que compran tres o cuatro revistas mensuales de coches, que los hay. Bien mirado también podría ser el relato perfecto para aquellos que compran cuatro revistas de literatura mensuales. Que también los hay. 

Esto a modo de presentación (es el primer relato). Y muy bien, oye. Inesperado, si uno no está a lo que hay que estar y no se ha fijado en la portada ni ha leído la contra. Y divertido, también.

Hay otros. De hecho este no es de los mejores ni remotamente, no sé a qué ha venido dedicarle tanto espacio-tiempo, honestamente, pero ya esta reseña va como va.

Si hemos de buscar puntos en común (y ya les digo que sí, que hemos de buscarlos o de lo contrario corremos el riesgo de llevar una decepción) nos encontramos que algunos (muchos) de estos cuentitos guarros fueron publicados por primera vez en revistas llamadas The Hot Blood Series, Hottest Blood, Hot Blood, Hotter Blood... Y así. Todo muy Blood y muy Hot, lo cual ya puede dar un poco una idea de lo que nos vamos a encontrar: ingentes cantidades sangre, sudor, lágrimas y, claro, semen. 

Bueno, y ya, que tampoco me voy a tirar una hora escribiendo.

Otros relatos tratan estos temas: fantasmas que habitan camas, se ocultan bajo las sabanas y toman posesión de aquello que cae en sus tierras; una mujer, una espía algo falta de cariño que pasa por un mal momento, un momento horrible; un escarabajo que provoca unos orgasmos demasiado fenomenales; un mundo de espejos y los inconvenientes de hacérselo con cristales; una mujer a la que se le va un poco la manos a la hora de querer ser un objeto de deseo; un prostíbulo de clausura que guarda un secreto largos, larguísimos años, guardado; un libro de recetas muy especial; una mujer seducida, un seductor y una ceguera permanente; un amante invisible y silencioso y una ilimitada fuente de placer; un amor tan, tan grande que lleva al extremo de lo posible aquello de ser uña y carne. 

Seguro que me olvido de alguno (para empezar del que da nombre al libro), pero escribo esta reseña sin el libro a mano y dos, tres o cuatro meses después de haberlo leído (y la publico más de un año después de haberla escrito). Si lo piensan detenidamente esto, pese a su nulo interés, tiene un mérito enorme. 

Termino con una advertencia: los relatos contenidos en este recopilatorio no son agradables. Hay, en todos ellos, además del componente fantástico, algo más en común que la sangre y la violencia y esas cosas tan cinematográficas: la búsqueda constante de la náusea. La ajena. La suya, querido lector. La putada no es que, de vez en cuando, lo consiga, sino que en el fondo eso es exactamente lo que nos gusta, lo que buscamos y lo que, no sé si para bien o para mal, encontramos.



2 comentarios:

  1. Tiene buena pinta. Y parece que te ha gustado.

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    1. Sí, está muy bien. Fue lo primero que leí de Insomnia y lo que me decidió a seguir la colección de cerca. A día de hoy los he leído todos menos uno (John muere al final) y sigo creyendo que es una colección que conviene tener muy en cuenta.

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