miércoles, 2 de septiembre de 2015

“Los ojos de los peces” de Rubén Abella











El ocho de septiembre hará dos años que publiqué por primera vez el siguiente post. Hasta hace poco aparecía en la columna de la derecha, esa en la que se relacionan los artículos más visitados del blog. La razón de su desaparición fue (es) sencilla: fue denunciado (por segunda vez) por vulnerar no sé qué derecho de propiedad intelectual. (Intelectual, nada menos, como si la inteligencia pudiese guardar relación con este libro.) La primera vez no dije nada: con la elegancia que me caracteriza edité y eliminé las citas y lo restauré en su fecha original para no molestar a nadie y que nadie se fuese a molestar. Meses más tarde me arrepentí y volví a dejar las citas tal cual estaban. De ahí la nueva denuncia, supongo. De modo que aquí estamos, otra vez, ni indignados ni sorprendidos, editando un post que ya nadie visitaba y a nadie interesaba. En esta ocasión, y por aquello de no pecar otra vez de lo mismo, lo publicaré como novedad. Que no se diga que no pongo de mi parte.
Si alguien, quien sea, se avergüenza de lo que ha escrito (Rubén Abella), editado (Fernando Valls) o publicado (Menoscuarto), puede estar tranquilo: he vuelto a eliminar las citas. Eso sí, por no dejar cojo el post, en esta ocasión las he sustituido por breves resúmenes comentados. No será aquí donde se ponga nuevamente en evidencia a este selecto grupo de profesionales: a tan insigne editorial, a tan insigne editor y a tan brillante escritor.

* * * * * * 

Leo este libro por leer algo de la editorial Menoscuarto antes de morir. En mi biblioteca habitual esto era lo más reciente que tenían de ellos. Maldita la hora. Pero seguro que ha sido mala suerte. Seguro que Menoscuarto está repleto de obras magníficas. Estoy convencido de que Fernando Valls, el responsable de este desastre, es un hombre más que capaz de encontrar, entre los escombros de la literatura breve, escritores hechos y derechos que puedan darle al microrrelato un poco más del prestigio que merece. Los ojos de los peces no es un buen ejemplo. De hecho es, de todos los ejemplos posibles, seguramente el peor.

(La cita que ocupaba este espacio y que ha sido eliminada para no herir sensibilidades, contenía un microrrelato completo que hablaba de un hombre que, en el desvarío de la anestesia, cantaba la ubicación de un maletín con un millón de euros en billetes de cien. El cirujano, el anestesista y la enfermera se pusieron fácilmente de acuerdo: al salir de quirófano informarían de la muerte accidental del paciente.
Esto… este microrrelato es perfecto para poner en evidencia el sistema médico medicinal. No salgan de casa sin él.
)

La tentación de llenar esto de citas es grande porque así la reseña se escribiría sola. Rubén Abella es perfectamente capaz de descalificarse él solito. Me conformaré con ir dejando caer una por aquí y otra por allá para que se vayan haciendo una imagen mental de lo quiero decir. (NOTA: las citas son de microcuentos completos; aquí no hay trucos, nada de elegir fragmentos para sacar la cosa de contexto o de quicio o de donde crean algunos que sacamos las cosas en este blog.)

Entrando en materia

Los microrrelatos de este recopilatorio son una sucesión de chistes sin gracia y reflexiones más propias de un estudiante de segundo de la ESO con mucho tiempo libre que de un señor de cuarenta y tantos a quien se le suponen mejores cosas que hacer. Que digo yo si no tendrá Abella algo que pintar en casa, algún mueble que barnizar, alguna puerta que lijar, alguna mujer que tomar. El cine también es una buena opción si no tienes mesa de trabajo o atributos físicos destacables. Hay muchísimas cosas que hacer. Muchísimas. Honestamente, no sé quien le ha dicho a este señor que lo suyo es la nanoliteratura. Si ha sido Fernando Valls entonces Fernando Valls merece muerte por lapidación. O dejarlo a secar como un pimiento en un campo minado de aforismos. Y desde luego esterilizarlo. Bromeo, claro. Claro. 

Pero hablábamos del libro.

En la portada de Los ojos de los peces aparecen unos pescados. No sé si esto quiere decir algo, seguramente sí, pero a mí personalmente se me escapa el chiste y mira que yo para estas cosas tengo buen oído. De la totalidad del libro esto es lo que más me ha dado que pensar. Imagínense el resto. O, mejor, no se lo imaginen, que ya se lo resumo yo: 

En Los ojos de los peces se reflejan, dicen otros reseñistas, grandes cuestiones concentradas en pequeños instantes, como si de un famoso bombón se tratara. Ojear estos ojos de pez, dice Fernando Conde para ABC, es meter los dedos en el enchufe de la buena literatura. Uno esperaba, quizá porque acababa de leer a Lydia Davis, fogonazos de ingenio y humor a raudales y aún sabiendo que era mucho esperar lo que desde luego no esperaba era darse de bruces con la cruda realidad de no encontrarse nada más que — déjenme insistir en este punto— reflexiones de preescolar en relatos protagonizados por personajes que las más de las veces parecen deficientes mentales. [Y sigo poniendo poniendo ejemplo para que mi digan si estoy loco o qué]. Aquí un ejemplo:

(Esta cita, eliminada, también, por amor al prójimo, hablaba de un hombre que trabaja mucho, pero mucho mucho para poder pagar la hipoteca. Es un hombre que, a pesar de no ver a su familia y tener con su pareja una relación casual, se siente orgulloso de poder decir que es dueño del techo bajo el que duerme. El mensaje es claro: mais samba e menos traballar.)


A esto hay que añadirle el típico suicida y un señor que pasa a su lado y unas veces lo empuja y otras no y otras qué sé yo, que debe ser la reflexión en torno al egoísmo o el mal humor o la gente que se suicida y la que no lo hace. Un niño que pinta un dibujo en la pared y hasta que se descubre el pastel hay quien ve en el muro a Basquiat redivivo, vendría a ser la reflexión en torno al arte, como si no hubiera ya suficientes. Un señor que afirma que sólo es él mismo en carnaval, sería sobre la identidad. Un hijo que le dice a su padre que todo va bien cuando en realidad vive en la indigencia, supongo trata del orgullo o la vergüenza o, ya puestos, la crisis. Y un demasiado largo etcétera. Estamos en lo de siempre: si vamos a reducir el microrrelato a una chispa ingeniosa unas veces, vergonzante otras, tratemos al menos de hacer menos evidentes nuestras carencias.

Gracias a que me he leído todo el libro puedo imaginarme perfectamente a Rubén partiéndose de risa con la elección de los nombres (Crisóstomo, Virgilio, Melquiades, Dante, Zenón…) y creyendo que esto es una demostración más de su ingenio, esa cosa que, si nadie pone remedio, se desarrolla como un tumor. El ingenio adopta formas caprichosas; el de Rubén, si acaso no es una ilusión, tiene esta:

(Otra cita eliminada; otro corazón salvado. Cuando un viejo, buen padre y mejor esposo muere sus hijos descubren que en el fondo del armario guardaba látigos, revistas guarras de hombres copulando y cositas de cuero varias. Microrrelato diseñado para demostrar que, por muchas veces que le cambies el pañal, nunca llegarás a conocer a tu abuelo.)

Bien por Rubén Abella y bien por Fernando Valls y bien por el editor jefe de Menoscuarto por su nunca-suficientemente-reconocida-labor-editorial porque al fin y al cabo esta literatura no sólo hace grande cualquier otra sino que alimenta la esperanza de que todo lo que uno escribe, aquí o en cuarto de baño, desde el chiste más zafio a la chorrada más infame, será susceptible, antes o después, de ser editado, publicado y lo que es más importante, alabado. Porque del mismo modo que siempre hay un roto para un descosido, parece que siempre hay un microrrelatista apoyando a otro y el que no se consuela es porque no ha escrito un microchiste. No deja de ser gracioso que un género literario como el del microrrelato (y con permiso de la poesía), siendo tan poca cosa, tenga esa capacidad para concentrar semejante desvergüenza y falta de talento. Y es que da la impresión de que para dedicarse a esto hay que ser un poco bastante inútil.


(En esta ocasión son tres los micros eliminados. El editor puede volver a sonreír.
El
primero nos habla de un hombre que para evitar la rutina decide hacer algo diferente cada día.
Ya está. Es esto. Tiene 21 palabras. Más no se puede decir.
El
segundo es un señora que compra la lotería todos los días pero no se lo dice a su marido no vaya a ser que le toque. La lotería, digo, no su marido.
Es un profundo análisis matrimonial que no tiene igual en el panorama literario.
En el
tercero una señora cocina. Se nos cuenta, paso a paso, la receta. Cuando está listo sirve la comida en su plato y en el de un marido que no está.
De este no sé qué enseñanza extraer, honestamente, supongo que es un microrrelato comodín: vale para todo. Yo me hice un cocido con él.)

255 comentarios:

  1. Con todo mi respeto para Menoscuarto, anda que tu tambien, te buscas unos libros que parece que lo hagas a proposito. Menuda portada mas fea. No he visto cosa igual en la vida entera de librerias que arrastro. Perdon por las tildes y buen blog.

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    1. A ciegas era tan bueno como cualquier otro. Y además un autor tan premiado, un editor tan prestigioso, un género tan difícil...

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  2. Sí. Ya. No sigas.

    Imagino el cuadro completo.

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  3. José Vicente se las vio y se las deseó para encontrar un oculistilla que le revisara el ojete.

    Quique, microrelatista.

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  4. Va, que seguro que los has escogido. No puede ser que todos sean así.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Ok, déjalo.

      Por cierto, Chesil Beach bien. Bastante mejor de lo que esperaba.

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    3. Pues fíjate que yo de Chesil esperaba mucho más.

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    4. ¿Tú te has quedado con todos los detalles?
      A mí me ha gustado que a partir de una historia objetivamente insulsa a más no poder te obliga a plantearte un montón de reflexiones y a sacar varias conclusiones, y ninguna clara.
      Teniendo en cuenta que algunas críticas la clasificaban de 'novelita romántica' sin más, me ha sorprendido gratamente.

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    5. No, ya supongo que con todos no me he quedado pero con alguno sí. Es broma. No digo que no me haya gustado, es simplemente que, por los comentarios, la hacía mucho mejor. La historia bien, y la reflexión y cómo la lleva y cómo todo explota al final. Lo que NO es la prosa, a veces tan cansina e innecesariamente detallista, que, en mi opinión, no apoya en modo alguno la historia que cuenta. Ya, ya, es una chorrada, pero es una chorrada que iba “sufriendo” durante la lectura. Por lo demás bien, ya digo.

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  5. ¿En que pescadería venden estos libros? Me cuesta creer que haya gente que consuma estas cosas con toda la faena que queda por leer... (Pezqueñines, no gracias).
    Conste que me he leído toda la reseña, hasta el final, aunque lo cierto es que en el fondo iba siguiendo el rastro de ese maletín de aluminio con un millón de euros en billetes de cien que sale al principio... pero no ha habido suerte.

    Saludos.-

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    1. El microcosmos del microcuento es consumidor habitual. dudo que nadie más pierda el tiempo con ello.

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  6. José Vicente se las vio y se las deseó para encontrar un oculistilla guapo y musculoso que le revisara el ojete a fondo.

    Quique, segundo intento

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  7. José Vicente se las vio... y se las deseó.

    Quique, microrelatista avanzado.

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  8. Tras padecer estos microrrelatos que apuntas me ha pasado algo alucinante: los chistes de Arévalo empiezan a parecerme geniales.

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  9. Contundente. Y las citas, definitivas. Pero debo de decir que me alegro, porque no soporto las cabezas de pescado y menos aún los ojos de los peces.

    Saludos!

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  10. El título y la portada del libro mal escogidos no, lo siguiente.

    Los fragmentos que citas: no me parece que estén mal escritos, pero les falta personalidad, con como una comida sin sal (o especias), insulsos.

    Y ahora es cuando uno se pregunta cuanto te cuesta este librito, si es que osas comprárlo.

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  11. De la wikipedia:

    Los ojos de los peces (Finalista del Premio Setenil 2011 y del Premio de la Crítica de Castilla y León 2011), su segundo libro de microrrelatos, propone un revelador viaje al centro del alma humana. A través de los casi ciento veinte relatos que lo componen —brevísimos, ligados unos a otros por una sutil red de tramas, personajes y escenarios comunes—, Rubén Abella confirma su capacidad para sintetizar en muy pocas líneas esos momentos de iluminación, esas escenas determinantes, sin vuelta atrás, que hacen que la vida cambie de rumbo: una mujer distingue por casualidad a su amante en una cafetería, charlando con unos amigos, y sin que él la vea lo llama por el teléfono móvil para darle una sorpresa; un novio se enfrenta a la duda el día de su boda; un psiquiatra aconseja a un paciente que, para salir del marasmo emocional en que se encuentra, dé rienda suelta a sus impulsos; un anciano solitario marca el número de un anuncio de contactos; un hombre vuelve a casa una noche y ve a una mujer sentada en la barandilla de un viaducto, preparándose para saltar. Fogonazos. Intuiciones lúcidas. Esquinas que sólo se atreve a doblar la literatura. Escritos con un estilo cuidado —unas veces poético, otras irónico, siempre expresivo y diáfano— los relatos de Los ojos de los peces revelan a Rubén Abella como un imaginativo fabulador de los secretos humanos.

    ¿?

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    1. "Esquinas que sólo se atreve a doblar la literatura" es una gran frase que, sin decir una mierda, te hace quedar como un señor. Yo la uso mucho desde que la descubrí. Zanjo todas las conversaciones coñazo con ella.

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  12. Documento interesante y estremecedor http://www.youtube.com/watch?v=1PQcGmeza7g

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    1. La entrevistadora es la caña

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    2. He incluido el video en la reseña. No soy usuario de youtube y se me escapan estas cosas. Gracias.

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    3. Esto sí que es estremecedor, la profesionalidad con la que trabajan los editores españoles:

      http://www.culturamas.es/blog/2013/06/15/entrevista-a-juan-soto-ivars-autor-de-siberia/

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    4. Joder, el texto del artículo es mío. Lo escribí para el blog aquí: http://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2012/05/siberia-de-juan-soto-ivars.html

      ¡Qué bueno soy, coño!

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    5. Tongo, en el vídeo el melenas siberiano cuenta de qué modo le contrataron una novela en Ediciones B, para que veas cómo funciona el mundo editorial.

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  13. El Cultural ha cerrado sus contenidos en la web, ¡tragedia!

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    1. Anda, qué putada. Bueno, yo ahora estoy suscrito (son veinte eurillos al año) pero antes lo bajaba pirateado. No es difícil de conseguir. Es más coñazo, pero...

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  14. De Menoscuarto lee a Olgoso: Las frutas de la luna. Igual tampoco te gusta, pero mejor que esto que traes hoy aquí es.

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    1. Difícil me lo pone. NO tengo forma de conseguirlo. Gracias igualmente por el consejo.

      Un saludo,

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  15. ¿Y no será que lo pones a parir:

    A) porque no te gusta el microrrelato, en general

    B) porque tampoco te gusta Fernando Valls?

    El ejercicio de mofa que has hecho con este libro, y con otros,se puede hacer, casi, con cualquier libro. Si nos ponemos, no se salva ni la Biblia. Solo hace falta ser un poco cabrón y tener tiempo y ganas de hacerlo...

    Digo.

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    1. Y bien dice. NO tengo nada contra Valls, no lo conozco de nada pero me llama la atención que tenga tanto prestigio (o eso parece desde fuera) alguien que luego edita estas cosas.

      El microrrelato no me gusta, me parece un género de mierda, pero si tengo que tragar, trago y opino que hay micros buenos y malos y estos son de los peores. NO hay que bucear mucho en el blog para ver que he leído micros que me han gustado.

      Digo.

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    2. ¿Se puede hacer lo mismo con cualquier libro?
      Usted no es de mucho leer, ¿verdad?

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    3. NO, yo he sido siempre más de follar pero sale mucho más barato piratear ebooks.

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    4. (Ya sé que no iba por mí, pero me da que el anónimo no iba a hacer el chiste y he creído oportuno echarle una mano).

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  16. Y qué sintaxis tan básica. Escolar. Apuesto, como ya ha reparado alguien, que de una clase de chavales salen texto más dignos.

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  17. No haber leído nada de menoscuarto dice poco del autor del blog, sobre todo por lo que supone de no tener ni puta idea del género breve en español. Trabaja un poco, peón, que para barrenar servimos todos.

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    1. ¿Quiere decir que si YO hubiese leído más de MENOSCUARTO el libro de ABELLA sería mejor? ¿Qué la calidad de sus relatos viene determinada por... exactamente por qué?

      Espere, que me está dando un ataque de risa y así no puedo escribir.

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  18. Me llamo Laura y a mí, la verdad, a riesgo de que me lapidéis, me encantó el libro de Abella. Tiene un montón de micros excelentes. Me llama la atención el comentario que dice que la sintaxis es escolar. Te pueden gustar o no sus micros, te pueden "tocar" o puedes echarte a reír y decidir machacarlos sacándolos del contexto general del libro como has hecho tú, pero la sintaxis es impecable.

    Por cierto, el micro del autobús está mal citado, ya que le falta el principio y es imposible entenderlo. La versión completa es esta:

    FICCIONES

    Alguien se sentó jusnto a él en el autobús y abrió una novela.

    En sus páginas pudo leer cómo un hombre en gabardina se acercaba a una mujer en una esquina de luz macilenta. No llegó a saber qué le dijo, pues tuvo que levantarse a toda prisa para no pasarse de parada.

    Caminó un trecho por la acera desierta, envuelto en el eco nocturno de sus propios pasos. En la esquina de las calles Bravo Murillo y Naranjo vislumbró a una mujer que esperaba bajo una farola enferma. Se acercó a ella con las manos hundidas en los bolsillos de la gabardina. Quiso hablarle, pero no le salieron las palabras. Ella lo miró con tristeza y dijo:

    —Deberías haberte bajado en la siguiente, cariño.

    Insisto, te puede interesar o no, pero me parece un micro inteligente sobre las fronteras que separan la realidad y la ficción.

    De Abella también me gustó mucho su última novela, Baruc en el río.

    Como dice el último comentario, para barrenar valemos todos, Tongoy, o como te llames.

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    1. Bien, este microrrelato habla de la frontera que separa la realidad de la ficción, vale, sí... hablar, habla. Pero, exactamente, ¿qué dice? porque hablar, habla, pero decir, no dice nada. Ese es el problema.

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    2. Por comparar, podemos compararlo con 'Continuidad de los parques'. Por aquello del mismo rollo de mezclar realidad y ficción.

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    3. Por comparar, también lo podemos comparar con una mierda seca.

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    4. Cierto, lo cité mal. Mis disculpas; no fue intencionado.

      Como nos pongamos a comparar....

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  19. Una pregunta, sr Tongoy: si el microrrelato te parece un género de mierda, ¿por qué lo lees? Y más aún, ¿por qué lo comentas?

    José Varela

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  20. Yo a Abella lo leo desde que empezó, con una novela que se titulaba La sombra del escapista. No soy ninguna esperta, pero me parece un escritor muy sólido (ha sido, entre otras cosas, finalista del Nadal) y me ha sorprendido mucho el ataque. En fin, supongo que para gustos se hicieron los colores.

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    1. He leído alguna novela finalista y alguna que otra ganadora del Premio Nadal y son basura. Desconozco si estará amañado (probablemente) pero no es un fiel reflejo de la calidad literaria.

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    2. Sí, claro, todos los concursos están amañados y todos los escritores que los ganan o quedan finalisras son unos cretinos con contactos que no saben hacer la o con un canuto. Por favor...

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    3. El premio Nadal es una mierda desde hace rato, objetivamente hablando.
      Da igual si está amañanado (que lo está) o no.

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    4. No sé porque habláis así de Nadal, que es el mejor tenista español de todos los tiempos., Y ha ganado 8 Roland Garros, por lo menos. Más dopado que un caballo del Grand National, eso sí, pero los ha ganado....

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    5. Anoto la sombra del escapista. no me fío pero lo anoto. ya le contaré, a ver qué es eso tan sólido que tiene el autor.

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  21. Pues yo estoy con Tongoy, no he leído a Abella, pero el microrrelato es un género de mierda

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  22. ¿Pero tú has entendido los micros, Tongoy? Yo creo que no. Yo creo que tu animadversión manifiesta al género te ciega.

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    1. Perdón, ¿había algo que entender? Si es que siempre soy el último en enterarme, joder.

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  23. Anónimo (por miedo a la inquina de los demás comentaristas)9 de septiembre de 2013, 10:24

    Tampoco está tan mal.

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  24. ¿Has leído algo de novela negra española actual que merezca la pena?

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    1. Las flores de Baudelaire.
      Que no, que es broma.

      La verdad es que dejé la novela negra hace unos años y no soy capaz de volver a ella ni a la de tres. Me mandaron hace poco un libro llamado PERROS DE PRESA de un tal DAvid Barreiro (Gadir) pero no sé yo. Tarda en arrancar y siempre me pilla con sueño.

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    2. ¿Y Domingo Villar?

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  25. Por tu muro de feisbuk se dejan ver, querido Carlos, todo tipo de especímenes, hoy he visionado un hermoso ejemplar de chivato, el que difundió el famoso vídeo. Se llama Rubén, pero no Rubén Abella. Y es que, hablando de peces: estamos rodeados de tiburones…

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    1. Ah, el nuevo Fresy: vende su vida y la de su novia via fotos en facebook con etiqueta, pero con menos glamour que los pioneros, por supuesto.

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    2. De quién hablas?
      Enlace, por favor...

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    3. Se refiere a Rubén Martín Giraldez, el de "Menos joven", que fue el que me puso sobre aviso de la entrevista de youtube. Rubén pertenece al Ejercito del mal. Hace estas cosas por vocación.

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    4. Este Martin Giraldez es el novio de la editora de Errata Naturae, no?

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  26. En referencia al microrrelato como género, diría que mucho ingenio tiene que tener para que me guste, pues el ingenio es fácilmente condensable pero lo demás (todo lo demás) no. Y para eso hace más falta un ingenioso que un escritor.

    ¿El blogcomentarismo no podría ser un género también? Venga, porfa.

    Quique

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    1. Hay un libro de una tal Claudia Apablaza que hace de los comentarios de un blog literatura. Bueno, más quisiera.
      http://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2012/07/diario-de-las-especies-de-claudia.html

      Está todo inventado, Quique.

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  27. De lo malo también se aprende9 de septiembre de 2013, 13:45

    Qué pena que sólo tuvieran ese libro de Menos Cuarto. Apunte Teatro de Ceniza de Manuel Moyano. No le aseguro que vaya a cambiar su opinión sobre el género, pero es un buen libro.
    Buenos textos, estilos, temas. Demasiados micros quizás, yo creo que en libro de microrrelatos entre 50 y 90 ya va bien, incluso 100. Más de.cien ya cansa.
    De Menoscuarto hay buenos libros de relato, Olgoso por ejemplo o Miguel Ángel Zapata

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    1. Yo no he leído el de Moyano. Pero sí en Menoscuarto los de Juan Carlos Márquez, Ángel Olgoso, Miguel Ángel Zapata y el último de Ignacio Ferrando, y son todos realmente muy buenos. Claro que son cuentos, no micros.

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    2. Tercera recomendación de Olgoso y yo sin poder leer el libro. Maldita sea.

      Es broma, en realidad no siento el menor interés. Me han soplado (alguien de quien me fío un tanto) que es malo con avaricia.

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    3. De lo malo tambié se aprende10 de septiembre de 2013, 11:00

      Pero apunte Teatro de Ceniz como libro de microrrelatos leíble.


      Lo de Olgoso es rebatible. No lo considero mal escritor y malo con avaricia menos. Yo no me fío de nadie prefiero juzgar por mí mismo. Eso sí, Olgoso en sus temas toca lo fantástico,terror, incluso ciencia ficción. Si no le va ese rollo no le va a gustar.

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    4. Siento decíroslo, pero Olgoso es polvoriento y bostezable hasta la lesión de mandíbula. A mí me da un poco la risa cada vez que le oigo a alguno del grupeto andaluz del cuento que tiene "prosa depurada" y es un "orfebre con la palabra". Tiene delito que tenga un buen número de libros de cuentos y en ninguno ha pasado del XIX en cuanto a lo formal. Para muestra, un botón del último relato inédito en Quimera:

      "A veces releo en su conjunto las recias resmas de mi manuscrito, otras retoco una frase, suprimo o añado pasajes, cambio la distribución original de los capítulos, no puedo por menos de reparar en un quiebro inarmónico del estilo, como si olfatease rapé..."

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  28. Esos microrrelatos son una auténtica hez.

    Aparte... si hay que sacar el hacha para defender a Tongoy, se saca. Por lo general tiene más criterio y más honradez que muchos "profesionales".

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    1. ¿Pero qué tontería es esa? ¿De qué profesionales hablas? ¿Y qué sabes tú de su honradez y su criterio? ¿LOs conoces a todos? ¿Y qué sabes tú de la honradez de Tongoy? ¿Y de qué criterio hablas? Para mear y no echar gota.

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    2. Yo creo que no va a hacer falta sacar el hacha. Si acaso unas cervecitas.

      Una hez, dice. Eres demasiado generoso.

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  29. Soy Laura de nuevo. He visto el video y, la verdad, no sé qué ves en él de malo. Es una entrevista normal, como tantas otras, con un escritor contestando preguntas. Me parece a mí que tenemos ganas de sacarle punta a las cosas... ¿Por qué tanta rabia?

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    1. Si tú no ves nada raro nunca nos vamos a entender.

      Nunca es rabia.

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    2. Hola. Yo entiendo la crítica a estos microrelatos, porque no son para tirar cohetes, aunque algunos tienen un pase. En fin, es cuestión de gustos, supongo... Pero no la leña a la entrevista... ¿a qué se debe? ¿A que el tipo parece darle importancia a lo que lo que hace? ¿A los pelos de colores de la entrevistadora? ¿A que son de Valladolid? Coincido con Laura en que es una entrevista normalita, casi burocrática, como de tele de provincias y tal, pero ya está. Mejor esto que ver a Sánchez Dragó hablando de sí mismo.
      Y que conste que yo sé que no es rabia. Pero un poco de mala leche, sí, ¿eh?

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    3. ¿Mala leche? Claro. TODA!! Venimos a descubrir la pólvora, Jonan.

      LA entrevista es una risa porque después de leer los relatos es de mearte encima tanta tontería y porque parece que escribir sea como bajar a la mina. Anda que...

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  30. Estoy con Laura. Hay una saña muy rara en esta reseña, que no está en proporción ni con los micros que cita ni con los demás del libro. Mu raro tó. Soy Julio Cuadrado, profesor de instituto y lector de Abella. Y no escribo microrrelatos.

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    1. No es rara, es muy normal en este país. Son los tiburones de la literatura. Como el R. Martín ese, un escritor (que lo conocerán en su casa) que puso el enlace al vídeo en el facebook de tongoy para sembrar cizaña.

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    2. Mejor para ti, JUlio. LOs micros son lo peor. LA saña de este blog tiene como fin compensar el baboseo de los demás. Sólo buscamos el equilibrio.

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    3. Ah, perdón, no lo había entendido. Lo tuyo es una labor justiciera. Abella ha escrito un libro que le gusta a mucha gente (también tiene novelas) y tú, para restablecer el orden cósmico, decides ponerlo. Tonto de mí. Ah, y no entiendo lo del baboseo. ¿El baboseo de quien? Estamos hablando de un libro de microrrelatos, por el amor de Dios. Soy Julio, por cierto.

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    4. Me gusta creer que ejerzo una función social.

      El baboseo de todos los compañeros de profesión, a ver si ahora va a resultar que lo normal es criticar al colega. Anda que...

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  31. Aquí hay algo que no me cuadra. Los ojos de los peces fue finalista del premio Setenil, finalista del premio de la Crítica de Castilla y León, y elegido en una encuesta (http://manuespada.blogspot.com.es/2012/05/mejor-libro-de-microrrelatos-recta.html) como uno de los diez mejores libros de microrrelatos escritos en español, junto con libros de José María Merino, Ana María Shua, Luis Mateo Díez, Javier Tomeo o Ana María Matute. Está bien que a uno no le guste, pero de ahí a decir lo que se dice en la reseña... Me ha sorprendido mucho,la verdad.

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    1. Exacto. A mí tampoco me cuadran las cosas. No se si las mismas, parece que sí.

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    2. Y también le dieron un premio Nobel a Jacinto Benavente, no te jode...

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  32. Para salir de dudas y que no nos confunda el chorreo de premios ni la aparición súbita de Luis Mateo Díez cual fantasma redentor, que qué culpa tendrá el pobre hombre de lo que opine el respetable de este libro, vamos a examinar este microrrelato, por ejemplo, al albur:

    Entró en el cine Ideal sin darse cuenta de que habían cambiado la cartelera, y vio una película cuando creía estar viendo otra. Desde entonces, piensa que Indiana Jones es una mujer con acento extranjero que tenía una granja en África, a los pies de las colinas de Ngong.

    Vale. Como chiste, te puedes reír (o no, porque es completamente inverosímil hasta como chiste). Te sonríes. Vale. ¿Y? Más allá del chistecito, ¿Qué te dice esto de los demás y de ti mismo? ¿en qué te atañe? ¿qué cuenta con lo que cuenta? ¿dónde está la literatura del asunto? ¿en qué momento te incita esto al pensamiento? ¿adónde te lleva?

    Pues eso. A esto le puedes dar los premios que se te pinten porque desgraciadamente no hay ley que lo impida, pero si esto es literatura, los chistes de Arévalo también.

    Microrrelato:

    Se está quemando la serrería, du du a...

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  33. Fb

    Tendrías que encabezar el blog con este vídeo :

    http://www.youtube.com/watch?v=iqhhIr-XsU0

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  34. Soy Laura de nuevo, inesperada defensora de este libro. Para mí el significado del micro es claro y nos atañe a todos. La verdad es lo que cada cual percibe, aunque esa percepción sea "errónea", como le ocurre al protagonista del micro. Evidentemenete, el hecho de confundir la película es intrascendente, un mero ejemplo en el que se basa Abella para hilar su metáfora. Algo parecido ocurre, salvando las distancias, en El mar, la última novela de John Banville. De niño el protagonista, subido a un árbol, cree entender a dos adultos diciendo algo que en realidad no dicen, pero que rige su vida (la del protagonista) y se convierte en su "verdad" durante los próximos 50 años. Y, si me permitís, lo mismo le ocurre a Tongoy, para quien la "verdad" es que Los ojos de los peces" es un mal libro cuando en realidad no lo es. Y no se bajará de la burra, claro. A mí, personalmente, me parece un comienzo brillante para un libro de micros, pero es mi opinión, claro, es obvio que hay gente que no la comparte. Y no soy "profesional", ni escribo, ni conozco al autor de nada. Pero al César lo que es del César.

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  35. Por cierto (Laura again): Luis Mateo Díez tiene un libro de micros muy interesante que se titula Los males menores, pero que a vosotros os parecerá una "hez" (¿Cómo se puede decir eso de un libro?), así que mejor no os molestéis en leerlo. Al fin y al cabo, el género del microrrelato es "una mierda". Lo que hay que oír (leer).

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    1. Los males menores. Anotado. (Al fin y al cabo si no quisieses que lo leyésemos no hubieses dicho nada).

      Un cordial saludo, Laura.

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  36. De todos los libros que Tongoso ha puesto a bajar de un burro este es con diferencia el más burrobajable de todos. Que yo recuerde.

    Alucino con los opinantes favorables. Sin más. No les odio ni nada. Les quiero mucho y les supongo gente guapa, amable, familiar y misericordiosa. Pero no entiendo nada.

    Voy a ver si me zurro la sardina y a la vuelta he cambiado de opinión. Pero tengo las esperanzas justas.

    Quique



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    1. Lo único que ha hecho Tongoy es coger siete microrrelatos, los que más rabia le dieron, de un libro que contiene más de cien, muchos de ellos excelentes, y ridiculizarlos, cosa que, como dije en un comentario anterior, se puede hacer hasta con la Biblia (anda que no da juego la Biblia). Sí señor, eso es autoridad, honradez y criterio. Se habla de baboseo, pero a mí el baboseo que se le hace a este tal Tongoy, y que le debe dar cosquillitas, seguro, me parece bochornoso.

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    2. Yo he leído varios micros de Abella en antologías, y me han gustado mucho. Pero, por lo que leo en este blog, debo de ser idiota.

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    3. Madre mía, qué nivel, va a "zurrarse la sardina". Eso sí que es sintaxis de la fina, fina.

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    4. En la sala de espera, Quique tomó un librito para matar el tiempo. A los pocos minutos era notoria la ínfima calidad del opúsculo, pero no pudo abandonar su lectura. Esta circunstancia le intrigaba sobremanera. Será cierto que disfrutamos con la humillación ajena, barruntaba. Pero antes de llegar a una conclusión definitiva, la puerta de la consulta se abrió invitándolo a hacer el paseíllo. Dentro, un tipo malencarado daba instrucciones que él cumplía mecánicamente con la confianza de tener a su espalda a un proctólogo titulado

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    5. Los microrrelatistas sois como las moscas, os encanta revolotear sobre la mierda.

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    6. Y no alcanzamos nunca el ingenio de quienes pontifican.
      Pd.: el micro iba con cariño, Quique
      El proctólogo

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    7. Lo he notado, amor. Tienes deditos de seda.

      Quique

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    8. Pero mira que sois malpensados. No son los que más rabia me dieron, que también, sino los que no son demasiado largos, que tampoco voy a publicar todo el libro en el blog. Pero mire, si me dice el título de los buenos, los subo enseguidita.

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  37. Ya de vuelta, insisto: caca de la vaca. Ya he dicho que opino sobre lo citado y que lo citado es una patraña. Y lo mantengo.

    Si alguien tiene la amabilidad de citar los dos mejores microrelatos de este señor veré si estamos de acuerdo en que no es tan malo. Pero enfadarse porque me parece terrible lo que he tenido ocasión de leer es absurdo de razonamiento.

    Y sí, Cuca, sí. Lamentablemente. No has entendido nada.

    Quique

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    1. Lo secundo. Queremos que nos digan cuales son buenos. Sólo dos. Prometo subirlos a un post y dejar que la gente decida.

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  38. Yo no leo microrrelatos, y tampoco sé si todos los que contiene este libro de los pescaos asustaos son malos. Lo que sí creo es que los que se han colgado aquí son un mojoncillo (así, en diminutivo, para no alterar mucho el patio). Para tanta brevedad, hay que estar muy bien dotado...

    Cuelgo aquí unas cositas que ya escribió un señor sí bien dotado. No son relatos, pero sí muy micro-micro:

    "Los globos de los niños van por la calle muertos de miedo".

    "No hay que tirarse desde demasiado alto para no arrepentirse por el camino".

    "En lo que más avanza la civilización es en la perfección de los envases".

    "No confiéis demasiado en vuestro propio corazón, porque él os fallará en definitiva".

    "A un mentiroso sólo lo cura un sordo".

    "Al cine hay que ir bien peinado, sobre todo por detrás".

    "Hay pensamientos pacificadores, como éste: "El sexo daría interés a un peñasco."

    "¡Qué partido saca el tenor de un bostezo!"

    "Sólo el poeta tiene reloj de luna".

    "Como daba besos lentos duraban más sus amores".

    "El Pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa".

    "El libro es el salvavidas de la soledad".

    "Cuando la mujer pide ensalada de frutas para dos perfecciona el pecado original".

    "Aquella mujer me miró como a un taxi desocupado".

    "Lo que más le indigna al joyero robado es que los ladrones dejen despectivamente los estuches vacíos como si hubiesen comido mejillones".

    "El ruido de los pies descalzos de una mujer sobre los baldosines da una fiebre sensual y cruel".

    "En los hilos del telégrafo quedan, cuando llueve, unas lágrimas que ponen tristes los telegramas".

    "Al cerrar una puerta con violencia, pillamos los dedos al silencio".

    "Hay mujeres audaces y generosas que suben al tranvía dejando una pierna al acaso, como simiente de alegres piernas en el vivero de las paradas".

    "Cuando asomados a la ventanilla echa a andar el tren robamos adioses que no eran para nosotros".

    Ná, solo para uso y disfrute. Y para distender un poquejo.

    Saludos

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    1. Ramón (los letraheridos le llamamos Ramón, así como a un amigo) era aún más vomitivo que los que le han imitado después. O que él mismo, que también se imitaba un rato largo.

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  39. Pero vale ya de tanta tontería. Estos cuentos son malos de cojones. No tienen ninguna gracia. No tienen doblez, ni transmiten nada, ni provocan ningún tipo de reflexión, ni siquiera son un juego de palabras. Son simplemente MALOS. Quien no lo vea es que no ha leído un micro bueno en su vida. Y luego nos ponemos a cuestionar el canon. Con un par. Si es que....

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    1. Tía, como te pasas. Esta gente es hipersensible, joder, Ire, que me los vas a matar.

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  40. Los microrelatos son a la literatura lo que esos ceniceros hechos de latas de coca-cola al arte.

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  41. Carlos, que la margaret se ensaña también con Candeira...

    http://patrulladesalvacion.com/2013/09/09/masterpiece-masterchef-para-escritores/

    Pobre chico.

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    1. Algo vi. Mañana lo leo con calma, que estoy liadillo estos días (o en buena hora iba a estar a las tres de la mañana contestando mensajes).

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  42. Según iba leyendo pensaba que Tongui esta vez se pasó un poco; es decir, no en la crítica, porque estos tonto-relatos no tienen defensa posible; creía que ni siquiera merecen una ceja levantada, mucho menos el esfuerzo de escribir sobre esto. También creí, ingenuo, que todos estaríamos de acuerdo en que los microrrelatos son, en general, una tomadura de pelo. Pero ver que algunos se los toman en serio y además tienen defensores entusiastas me hace sentir serias dudas sobre el género humano. La apología que hace Laura de uno de ellos es como para... no encuentro la palabra...
    Pero es fácil de hacer: por ejemplo, se me ocurre encontrar un significado trascendental en el microrrelato del proctólogo de Quique, que se puede leer como una alegoría de la indefensión del ser humano ante la ciencia. Fácil pero desvergonzado.
    Por otra parte, no entiendo el enojo ni la defensa de los admiradores de este ¿libro? Tongui está lejos de ser perfecto, y algunas veces he leído alguna de sus reseñas en las que desdeña o desprecia libros o autores que a mí me gustan mucho, pero jamás se me ocurriría escribir un comentario defendiendo algo que a él no le ha gustado. Si de todos modos no voy a convencerlo, no veo la utilidad de hacer un comentario al estilo "¿Pero es que tú eres imbécil, tío?" Lo que hago es olvidarme de las diferencias de criterio y pasármelo en grande con los comentarios.
    No me propongo como ejemplo a seguir, por supuesto, pero así soy más feliz. Ahora que lo pienso, tal vez lo que hace felices a algunos es derramar bilis.
    Por cierto, Ire, no creas que es por el amor que te tengo, para nada, pero yo sí lo veo: son MALOS, y los ejemplos que pone Marta hacen ver, por el contraste, hasta qué punto son también producto de la pereza mental.

    Besos para todos,

    Pocoyó

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    1. "Si de todos modos no voy a convencerlo, no veo la utilidad de hacer un comentario al estilo "¿Pero es que tú eres imbécil, tío?" Lo que hago es olvidarme de las diferencias de criterio y pasármelo en grande con los comentarios."
      Tú lo que quieres es hundirme el negocio. Deja que comenten. La gente necesita desahogarse y no olvidemos que los escritores tienen familia, amigos, gente que les quiere.

      Sois peores que yo, de verdad.

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  43. La magia de este libro debe radicar en los ingeniosos comentarios que consigue suscitar la insulsez de su prosa. ¡Cómo me he reído con el que se iba a sacudir la sardina!

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  44. Una discusión sobre la calidad (inexistente) de unos microrrelatos convierte en apasionantes las conversaciones sobre el tiempo en los ascensores.

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  45. A mí el libro ya casi me da igual (soy Laura), pero empecé a defenderlo y, bueno, aquí sigo. Estoy horrorizada con el tono del blog, porque no lo entiendo. Lo que tenemos aquí es un libro que al señor que lleva este blog le ha parecido horroroso. Nunca entenderé por qué alguien lee y escribe una reseña sobre algo que detesta (yo usaría mi tiempo para otra cosa), pero hasta ahí todo bien. Pero luego empieza la deriva. Que yo sepa, y a no ser que alguien diga lo contrario, nadie en este blog conoce personalmente a Abella. Lo único que tenemos de él son datos publicados en internet. Y de pronto se empieza a hablar del baboseo de la profesión, como si Abella hubiera publicado por sus "contactos" profesionales. Y se habla de una forma insoportablemente condescendiente de "ellos" y "nosotros" (los del blog, los buenos, y los otros, en este caso quienes escriben micros o los defienden, que son unos pobrecitos), y el Nadal es una mierda, y los microrrelatos son una mierda, y Olgoso (a quien tampoco conozco, también es una mierda sin haberlo leído), y todos los concursos están amañados, y que alguien cuelgue dos micros buenos para que todos juzguen: por favor, es como decirle a un niño que ha hecho una fechoría "ven, ven, que no te voy a pegar". En fin, una especie de linchamiento constante, tipo televisión basura. Todo muy bien envuelto en una ironía y en un sentido del humor agresivo que esconde algo muy raro que, como digo, aún no logro entender. Entré en el blog por casualidad (a través de un amigo), y no creo que vuelva a pasarme por aquí. No veo la necesidad de estos aquelarres ni círculos de hienas. Imagino que alguien contestará con un comentario agudo, hiriente y gracioso sobre sus hábitos masturbatorios, o algún chascarrillo insulso que lo deje por encima. Bueno, pues lo dicho, pasadlo bien. Alguien dijo más arriba que los microrrelatistas sobrevuelan la mierda (mira que os gusta esa palabra). Debe ser sobre la que se genera en este blog. Insisto para que quede claro: no escribo, no soy del mundo literario y no conozco absolutamente de nada a Abella. No baboseo, vaya. Sólo me gustan sus libros, eso es todo.

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  46. Pues a mí me mola Abella. Baruc en el río es una pasada. Pos eso.

    Luis

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  47. Laura, si me permites que me dirija tan abiertamente a ti, no te lo tomes así. Los gustos de cada cual son absolutamente personales y respetables. Yo de Abella solo he leído los cuatro cuentos que Tongoy ha colgado, y no me han gustado nada. Puede que como escritor de novelas sea más sólido y simplemente lo que ocurre es que el micro no es lo suyo. De la misma manera que arriba estoy diciendo que Chesil Beach a mí me ha gustado, puedes venir tú o cualquiera a decir que es una porquería. Bueno, no pasa absolutamente nada.

    El problema es cuando se empiezan a citar premios. Se supone que los premios están para seleccionar 'a los mejores' de forma indiscutible. Insisto en que es probable que simplemente el cuento no sea el género en el que este autor, a quien yo tampoco conozco de nada, se desenvuelva mejor. No es tan grave.

    Parece que opinar a la contra tiene que esconder siempre oscuros motivos, y no. No soy mejor o peor persona porque un libro me guste o deje de gustarme.

    Saludos

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  48. Nadie menosprecia a Abella. Seguro que es una persona excelente y un ser humano de talento. Sois los defensores de Abella los que mentáis constantemente a la persona. Y aquí no se juzga a la persona, lo único que se juzga aquí es su texto. Y sí, al texto se le puede juzgar, porque el autor ha decidido que el texto sea público y por tanto que sea juzgado. Y además, aquí se reproduce íntegramente el texto a juzgar, no como en el caso de una novela de trescientas páginas, que sería imposible. Y con el texto en la mano, uno puede decir que le gusta y otro que no le gusta, y estupendo, porque gusto tiene cualquiera. Pero lo que importa es el criterio. Y te guste más o menos, a un nivel puramente crítico, estos textos que aquí se presentan NO son literatura, por mucho que Laura busque interpretaciones a la desesperada que NO están en el texto. Y es entonces cuando uno se pregunta QUÉ MIERDA LE PASA AL OJO del CRÍTICO de Castilla y León que ha premiado esto. Y la respuesta evidente es que o no tiene ojo, o no tiene criterio, o algo ajeno a lo literario se mueve detrás. Viendo el texto es INEVITABLE pensarlo.
    Pero nadie dice que Abella no haya escrito OTRAS obras apreciables o que pueda llegar a escribirlas o que no sea una persona maravillosa. Lo que sí se puede decir, insisto, desde el puro criterio, es que estos microrrelatos que se nos muestran puede que sean divertidos, ingeniosos, o lo que sea, pero NO es literatura.

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  49. Oye, Tongo, una cosa. Me da, leyendo los relatos y los comentarios, que la intención de Abella es que hubiera continuidad entre los micros. Eso explica, en mi opinión, que el primer relato sea lo que es: una tontería. Quizás la gracia del libro es seguir el hilo. Es decir: micros que no son micros del todo, y por eso, como unidades, pierden efectividad. Pero todo esto lo digo basándome en lo poco que he leído por aquí. Quizás realmente la cosa no haya por dónde cogerla...

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  50. Vaya con el zurramiento sardinil, la cola que ha traído.

    Estimadas Laura y Cuca, estimados cualesquiera otros críticos con este que opina, cierren los ojos, respiren hondo y relajen un poquitín el ojete, que parece que les va a ustedes la vida en esto de que alguien haya publicado lo que otro ha escrito y a nosotros no nos ha gustado.

    Personalmente, yo paso por aquí egoístamente, a pasarlo bien. Y aunque parezca mentira procuro no molestar a nadie directamente, más allá de que mi humilde opinión pueda no coincidir con la suya.

    Paradójicamente me encuentro con que vienen los que defienden lo contrario que yo y se meten no con mi opinión sino directamente conmigo.

    Y eso me hace daño. Y me voy a la cama dolido, fastidiado, compungido. Triste. Y no me puedo dormir. Y no sé qué hacer. Y me vienen a la mente cosas feas. Yo me resisto, pero nada. Y al final me la vuelvo a zurrar. La sardina. Y entonces sí que me puedo dormir.

    Y a la mañana siguiente tengo mucho cuidado con dónde pongo los pies, a ver si me voy a cortar con el calcetín que llevaba el día anterior.

    Quique

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  51. Estoy de acuerdo con Javier Yohn Planells. La reseña está claramente sesgada porque saca los micros de su contexto natural dentro del libro. El libro está lleno de relatos interconectados que generan historias y subhistorias. Los cuentos de Zenón, por ejemplo, no acaban de tener sentido sin una noción del hilo en el que están insertos. Se trata, creo yo, de un libro de micros concebido como un conjunto unitario, no como una sucesión de historias independientes. Me parece que en la reseña hay más una crítica de Menoscuarto y Fernando Valls que del propio libro. Y se me caen los palos del sombrajo al leer un comentario previo en el que alguien pontifica sobre lo que es y lo que no es literatura. Hace falta valor.

    Y estoy con quien dijo, creo que fue Luis, que Baruc en el río es una pasada, posiblemente la mejor novela que he leído en mucho tiempo.

    Ah, y con todo respeto, al muchacho este, Quique, no hay por donde agarrarlo. Hacía tiempo que no me topaba con un personaje tan ridículo. Cuantos años tiene, ¿catorce?

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    1. Mira que procuro no meterme nunca con nadie y siempre acaba apareciendo alguno que viene (aparentemente) en plan razonable y al final me atiza a mí.

      Que no hay por dónde agarrarme, dice. Soso, que eres un soso. Y un coñazo. Lo que has venido a decir tú ya lo han dicho cinco o seis antes de que tú llegases.

      Lo que digo yo al menos es original (de primera mano).

      Quique

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  52. Se me olvidaba. Tampoco el micro de la mujer que prepara la comida tiene sentido si no sabemos la historia de su marido, repartida en varios relatos, que muere. Es decir, la mujer sigue sirviendo la comida en el plato de su esposo muerto, concentrándose en las cosas "banales". Habrá quien se ría, y quien se masturbe para decidir si esto le gusta o no, pero a mí me parece bastante potente. Y llamadme simplón, pero también me parece fuerte el micro de la lotería. Por cierto, se titula "Esperanza", algo que tampoco ha incluido Tongoy en la reseña. Lo reproduzco de nuevo:

    Compraba lotería a diario pero no se lo decía a su esposo, no fuera a ser que tocara.

    La mujer juega a la lotería para poder huir de su esposo, para poder empezar otra vida. Creo que no se puede contar más en menos espacio, que es de lo que se trata en el microrrelato, creo. En fin, que a mí el libro me parece muy bueno. ¿Pero qué se yp de lo que es o no es literatura? Soy sólo un profesor de instituto...

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    1. Bien, Julio, tú explicas por qué te parecen buenos. Déjame que yo te explique por qué me parecen malos.

      Todos esos ejemplos son terriblemente planos. Dicen exactamente lo que dicen. No hay dobles lecturas, ni juegos de espejos, ni nada más allá de lo que estrictamente cuentan. Bueno, a ti te gustan así y estás en tu derecho.
      Pero el cuento en general, y más concretamente el micro, tiene que ser un 'trompe l'oeil' literario para que funcione y no decir única y exclusivamente lo que cuenta, como en el ejemplo del cuento de Cortázar que comento arriba, comparándolo con el que me parece menos malo de los de Abella. Hay cuentos y micros realmente excelentes, que ofrecen infinidad de lecturas según cómo los interpretes, o que juegan con el contexto y pragmática, y por eso resultan divertidos, por ejemplo. No es el caso de estos ejemplos. Simplemente eso.

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    2. ¿Infinidad de lecturas? ¿Me puedes dar un solo ejemplo de una obra narrativa que tenga "infinidad de lecturas"? ¿Contexto y pragmática? ¿Qué diantre es eso? ¿¡¡¡¡¡¡¡Divertidos!!!!!!!!!? ¿Pero qué manual has leído, Ire?

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    3. Tranquilo, Julito, tranquilo, que se te va a salir el ombligo.

      Quique

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    4. Ah, así tú eres de los que crees que un libro solo puede leerse de una manera.

      Te sugiero que te leas algún libro de cuentos de Kurt Vonnegut. No sé si lo conoces. No es alta literatura - la alta literatura son sus novelas- pero es un ejemplo perfecto de cuentos cortos de calidad, ironía, dobles lecturas, inteligencia...

      En cuanto a la pragmática, no tienes por qué saber qué es, cierto. Pero en los micros es básica. Resumiendo, es la lógica que debe regir un acto comunicativo. Cuando esa lógica se rompe, como hace el humor, por ejemplo, introduciendo elementos descontextualizados, produce risa, sorpresa, etc, por lo inadecuado o inesperado. La mayoría de micros se basan esas reglas.

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  53. Pontificar desde el anonimato está feo, así que salgo de él. Y digo: la literatura es un ARTE. Aquí y en Fernando Poo. Estoy hartito de discutir sobre si cualquier cosa que esté formada por palabras o tenga apariencia de libro es o no literatura. Como la literatura es un ARTE, tiene unas NORMAS. Las normas están para saltárselas, pero te las puedes saltar (si tienes el talento suficiente para ello, que no es fácil porque las normas existen. Si no hubiera normas, no habría juego, ni arte, y nada diferenciaría el poemario de un premio Nóbel de la pintada de un baño o a los monólogos de Sálvame de Luxe.

    El absoluto desconocimiento de esas normas básicas no implica que no existan, y la ignorancia de esas leyes no exime de su cumplimiento (si de verdad quien escribe quiere hacer arte, y no cualquier otra cosa, por ejemplo, chistes).

    Opinable es todo (incluso yo mismo tengo opiniones, se generan solas dentro de mí de forma inmediata, es una cosa apabullante) y gusto es eso que tiene todo el mundo; el criterio está basado en el conocimiento de las reglas del ARTE LITERARIO. ¿A que no es lo mismo el bodegón que se encuentra uno en el mercadillo que Las señoritas de Avignon? porque uno es arte y el otro non. Y alguno dirá que para él es lo mismo, y a mí me da igual lo que sea para él, sencillamente, no tendrá razón porque lo que a cada uno de nosotros se nos pinte no es lo absoluto; absoluto es lo consensuado y lo argumentado y lo generalmente aceptado.

    Básicamente, una obra de arte, una obra literaria, cuenta algo con lo que cuenta. No puedo expresarlo de forma más sencilla. Cuenta algo con lo que cuenta porque hay un emisor, un receptor, y un mensaje implícito. Puede hacer de forma más o menos eficaz, pero esas reglas básicas, mínimas, consensuadas, ha de cumplirlas, o no será literatura, será otra cosa.

    Un lector especialmente imaginativo puede inventarse el mensaje que se le pinte, pero el mensaje es uno, y está o no está en el texto quiera o no quiera el lector, y nada de lo que haya fuera del texto importa realmente.

    Si una obra no cuenta nada con lo que cuenta, no es literatura. Insisto, no es cuestión de gustos, la literatura es una disciplina, y es así. Que no sea una disciplina tan cuadriculada como la ciencia no quiere decir que no haya normas.

    Y por eso no es lo mismo el Ulises de Joyce que 50 sombras de Grey. 50 sombras de Grey no es literatura porque ni siquiera lo pretende, y Ulises, sí. En literatura, LA INTENCIÓN es fundamental. Sin INTENCIÓN no hay literatura. SI uno no quiere hacer una obra de arte, no puede hacerla. Tú puedes decir que para ti un montón de escombros arrojados al azar es una obra de arte porque eres libre y puedes decir lo que quieras, pero eso no hará más cierto que un montón de escombros arrojados al azar no tiene una intención detrás, y por tanto no es arte le guste a uno más o menos y se ponga como se ponga, incluso aunque denominen a los demás pontífices máximos.

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  54. Y sí, el microrrelato mencionado:

    Compraba lotería a diario pero no se lo decía a su esposo, no fuera a ser que tocara

    cuenta algo con lo que cuenta. Vale. Y precisamente este microrrelato que sí cuenta algo con lo que cuenta es lo que nos permite ver claramente que los demás no cuentan nada. Al menos, los que aquí se han expuesto.

    Lo cual, insisto, no quiere decir que el señor Abellán no haya escrito ya o vaya a escribir obras soberbias o sea un ser humano maravilloso o, incluso, que la lectura completa de la obra adquiera una especie de unidad que permita ver el asunto bajo otra luz. Pero con la luz que aquí se nos ha mostrado, lo que vemos es nada.

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  55. Cuando un aficionado se mete a crítico suele tener la ilusión falsa de que una reseña es una opinión. Hay que conocer los propios límites. Los del género breve aún estàn lejos de los del autor de este blog. No pasa nada. Se sigue estudiando. Salut.

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  56. ¿Cuándo un crítico deja de ser un aficionado para convertirse en profesional? ¿Cuándo lo unta Planeta?

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  57. Por favor, empalen a este coleccionista de lugares comunes.

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  58. Primero me aficioné a Tómbola, luego a Salsa Rosa, más tarde a Sálvame, y ahora a este blog. ¡Mola mucho! Más, más, arf, arf. Los blogbasura son los más divertidos, y no la mierda esa de las críticas sesudas. Y lo digo de verdad. Si en el fondo esto es lo que nos gusta a todos. ¡Sangre!

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    1. Pues pásate por Patrulla de salvación, que acabo de ver allí que hasta se enredan en el fango escritores como Lorenzo Silva. A ver cuando se pasa alguno por aquí...

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  59. A ver, por cien pesetajas la respuesta, ejemplos de escritores de microrrelato de calidad y algún que otro ejemplo para demostrarlo. No valen clasicazos.

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    1. ¿Por qué no valen? Supéralo, coño. Para hacer la misma versión, pero en melódica, déjalo estar.

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  60. La mayoría de microrelatistas (iba a decir microretratistas) son humoristas de stand up comedy que carecen de convicción y valor.
    No les da para hacer monólogos público mediante y sueltan ahí sus bromas empaquetadas, en el silencio de los libros que publican esas dolorosas imprentas locales.
    Para solaz de los mozos tristes del club social, café con leche mediante.

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  61. El único sentido que tiene publicar libros de microrelatos es el de dar carnaza a los talleres de escritura.

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  62. ¿El Olmos ha borrado su twitter?

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  63. Vaya follón. A mí me gustó mucho Los ojos de los peces y también el primer libro de micros de Abella, No habría sido igual sin la lluvia. Pero su mejor libro es, en mi opinión, Baruc en el río. Una novela estupenda. ¿Por qué esta gente odia tanto el microrrelato? ¿Qué les ha hecho el pobre?

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  64. Acabo de ver el video de Abella. ¿ALguien me puede explicar por qué es "impagable"? A mí me parece que el tipo es bastante lúcido y defiende bien su obra.

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  65. El microrrelato contemporáneo español, en general, considera como vectores dos estereotipos:

    1. La sorpresa
    2. La iluminación sutil de una historia oculta

    El primero es cansino, facilón, cualquier texto puede acabar de la forma más disparatada. El segundo se dirime entre la sutileza y la nada, se lleva el partido al campo del lector, se le pide que sea él quien rellene el hueco o la sugerencia. Los dos tiene un grave problema, que son de nula emoción. Para que un lector siga con interés una historia tiene que experimentar algún tipo de sentimiento hacia los personajes (que los odie, los ame, le apasionen, etc., lo que sea). Si en un relato de tres líneas el protagonista muere pues que le den por culo, si no lo conozco de nada, como si lo queman; si me tengo yo que inventar la historia, pues que le den por culo, ya escribo yo la que quiera. Y así.
    El microrrelato es un género de amateurs, es a la literatura lo que el quimicefa a la química: un juego. Divertiros, pero no aburráis a los demás. El chiste al menos tiene una intención, hacer reir, y muchas veces la cumple.

    Firmado: uno de los tipos que más microrrelatos ha tenido que leer por obligación estos últimos años y que ha acabado hasta las pelotas de tanta tontería.

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    1. La primera mitad del comentario, lo mejor en esta sección de comentarios.

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    2. Cito de memoria:
      "yo, que tantos hombres he sido, nunca fui aquel en cuyos brazos desfallecía Matilde Urbach".
      Otro (transcrito):
      "si pudiera ser un indio, ahora mismo, y sobre un caballo a todo galope, con el cuerpo inclinado y suspendido en el aire, estremeciéndome sobre el suelo oscilante, hasta dejar las espuelas, pues no tenía espuelas, hasta tirar las riendas, pues no tenía riendas, y sólo viendo ante mí un paisaje como una pradera segada, ya sin el cuello y sin la cabeza del caballo".
      ¿No hay emoción? ¿No caen bien esos tíos?
      El problema de pontificar es que luego llegan tíos como Borges y Kafka que te hunden en la miseria.
      Tu proctólogo

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    3. Bueno, la piel de gallina se me ha quedado. ¿Quién es Matilde Urbach? ¿Una actriz porno?

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    4. Anónimo de 16:57 debe notar que el anónimo de las 09:00 habla de...

      "El microrrelato contemporáneo español..."

      Me encantaría que Borges o Kafka fueran contemporáneos (lo de españoles ya me da igual), para compartir éste tiempo con alguno de los grandes, pero lamentablemente no es así.

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    5. Sí, Jonan, gracias. Pero advierte también que añade:
      El microrrelato es un género de amateurs, es a la literatura lo que el quimicefa a la química: un juego. Divertiros, pero no aburráis a los demás. El chiste al menos tiene una intención, hacer reir, y muchas veces la cumple.
      No soy ningún fan de los microrrelatos, y los de Abellá que aquí se citan o los que él mismo lee en la entrevista, me parecen pésimos (lo siento). Pero habrá de todo en este género que, aunque menor, también tiene sus pequeñas obras maestras.
      Un saludo y gracias

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    6. Totalmente de acuerdo. Con la primera parte del comentario del primer anónimo comulgo, con la segunda no.

      Tremendos los microrrelatos que usted cita.

      Yo tan solo aplaudía esa explicación de doble posibilidad con la que se describen muchos de los microrrelatos del libro citado: la sorpresa y la historia oculta.

      Aunque pensándolo bien, también se pueden clasificar así los cuentos de Poe (sorpresa) y los de Hemingway (historia oculta). Supongo que al final lo importante es la calidad de la escritura y lo que evoca.

      Interesante el siguiente link al respecto:

      https://docs.google.com/document/d/1jhSORNnMjP4P34HOR0apykcscUQGUqznf2UJBDCZs5E/edit?pli=1

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    7. Muy instructivo el link. Me ha encantado la cita final de Rimbaud. Es la intuición del lector la que revela esa historia oculta, siguiendo la pista de esas pinceladas superfluas en la historia principal y que se han repartido a lo largo del texto. Los comentarios acaban siendo lo más enriquecedor del blog, que cuenta con momentos verdaderamente cómicos a cargo de Tongoy. Un placer visitar el blog.

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  66. Llego tarde a este lío (un amigo me avisó de que habían puesto pingando un libro de Rubén Abella, autor que respeto mucho), pero quería decir lo que pienso. He leído la reseña de Los ojos de los peces y me parece que no puede ser más torticera. Empieza refiriéndose a Menoscuarto con sorna (el autor, por razones que desconozco, quiere leer algo de esa editorial "antes de morir"). Esto deja claro que no es precisamente un fan de un sello que, por lo que sé, publica obras buenas, malas y regulares, igual que cualquier otro. Luego se mete con Fernando Valls, un crítico literario de bastante prestigio que se toma en serio el microrrelato, cosa que el autor de la reseña, evidentemente, no hace (¿Para qué reseñarlos, entonces?).

    Pero lo que más me ha llamado la atención es la reseña en sí. Después de decir que el libro es una basura, pone como ejemplos del desastre un puñado de micros sin título, mal transcritos, fuera de contexto, y sin ningún comentario ni analisis los echa a los caballos de sus lectores. Es, mutatis mutandi, como si un experto en vino ofrece a sus amigos un tinto que acaba de probar asegurando que es una porquería y mientras lo prueban les va diciendo: "¿A que sí? ¿A que sí? Y claro, sus amigos entran al trapo como Miuras.

    Completa el escarnio un video absolutamente normal al que se tilda, sin más comentario, de "documento impagable" y el daño está hecho, que parece ser lo que, incomprensiblemente, busca el autor de la reseña.

    Leo en los comentarios que lo divertido es eso, destrozar y reírse. No tengo palabras... Y luego nos quejamos de que no hay crítica literaria en España. Qué fácil (y qué bajo) reírse sin argumentos del trabajo ajeno.

    El autor imagina a Rubén Abella riéndose mientras se inventa los normbres de sus personajes (que, por cierto, a mí me han parecido interesante). No resulta difícil imaginarlo a él mismo riéndose ante el éxito de esta reseña y la polvareda que ha levantado. Porque de eso, me parece a mí, va la cosa.

    Me llamo Héctor y soy de Cáceres.

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    1. Varias cosas.

      1         LA frase “un amigo me avisó” me da la razón en muchas cosas. Gracias. Le va usted dando también las gracias a su amigo. O que se las dé Abella directamente.

      2        No sé si menoscuarto publica bien, mal o regular. Eso es lo que quiere decir “quiero leer algo de esa editorial antes de morir”. Puedo decir lo mismo de Xórdica, por ejemplo y no pasa nada. Con Menoscuarto sí pasa. No se equivoque, la sorna sólo se ve una vez que uno ha leído el resto de la reseña. Decir que no soy fan de un sello que no he leído es una memez digna de un centro de atención especial.

      3        Fernando Valls puede ser un “crítico literario de bastante prestigio” pero eso cubrir de prestigio a un editor que publica cosas como esta lo pone todo en cuestión. A mí lo que me parece es que hay mucho microrrelatista chupándole la polla a Valls, aprovechando que el buen hombre lleva lo que lleva. Me puedo equivocar, pero sería algo excepcional.

      4        MAL TRANSCRITOS no están, entre otras cosas porque he utilizado el COPIAR/PEGAR. Hasta ahí llego. Ese comentario suyo sí es torticero y más falso que un euro de madera, lo cual ya le pone a usted bastante en su sitio. ¿Qué no tienen título? No, no lo tienen. ¿Que el micro depende del título? Ah. ¿FUERA DE CONTEXTO?!! Joder, con los microrrelatos, que deben ser buenos de narices si necesitan de un contexto. Al final va a ser verdad que “Los ojos de los peces” es una novela coral desestructurada. No sé en qué situación deja esto a Valls como crítico o editor, usted dirá, pero sí sé en qué situación deja a Abella como microrrelatista.

      5        El video: ¿Qué daño está hecho? Si, claro que lo está. Desde que se publicó este libro.

       

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  67. Fernando Valls publica en su blog este adelanto de los nuevos microrrelatos de Muñoz Rengel:

    .......
    Inexplicable
    .....
    Tenía dos hijos gemelos, idénticos. Ella los vestía con la misma ropa, y les preparaba simétricos desayunos cada mañana. Ellos se comportaban de la misma manera y parecían tener una única personalidad. Los dos sacaban las mismas notas en el colegio, se magullaban la misma rodilla —el mismo día, a la misma hora—, les gustaba la misma chica, hablaban a la vez para decir una frase semejante. Ella los arropaba por igual cada noche, en sendas camas gemelas, cada uno bajo su propio edredón azul de plumas. Luego, se acercaba con sigilo a uno de ellos, siempre el mismo, y le susurraba al oído: «Tú eres mi favorito».
    ......
    Bueno, yo creo que no estando tan mal como ejercicio de tallerista es una auténtica memez leer cosas así.

    Tongoy, hay cancha con el microrrelato, sigue explotando el filón.

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    1. Atención a uno de los comentarios del blog de Valls respecto a este cuento: "Que sorpresa de ha dejado el final ¿Seguro que siempre era el mismo? Extraño."

      Pues ese es el nivel.

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  68. Alucino.

    Me llamo Héctor y llevo un pequeño club de lectura en un pueblo de Cáceres. No soy amigo de Rubén Abella. No lo conozco de nada. No lo he visto en mi vida (bueno, en foto), pero me gustan mucho sus libros (y a los miembros del club, uno de los cuales me avisó sobre la reseña). Y coincido con algunos de los comentarios que he leído sobre Baruc en el río. Un novelón (lo hemos leído en el club). A mí todo eso que me cuenta sobre chupar pollas me deja estupefacto. Parece que usted sí conoce personalmente a todos los escritores de microrrelatos y está al corriente de sus asuntos. Parece que usted, señor Tongoy, lo sabe todo. Y por supuesto que el título es fundamental para un micro, en el que todo cuenta. Y el contexto, por supuesto, en especial en un libro como este. Y a mí me importa un pepino si el libro es de micros o si es una novela coral estructurada, o un poema cifrado. Lo que me importa es que al leerlo me conmocione y su conjunto se sostenga, y Los ojos de los peces, en mi opinión, cumple con ambas expectativas. A mí la sensación que me da, por sus comentarios, es que no tiene usted ni idea de lo que es un microrrelato. Yo no digo que sea mejor ni peor que ningún otro género. Me hace gracia un comentario previo en el que alguien dice que lleva tiempo leyendo micros malos y está harto. Claro, porque no hay novelistas malos, ni poetas malos, ni directores de cine malos... Cada cual tenemos nuestras filias y fobias irracionales, pero es bueno echarles rienda en público. Yo oí decir una vez a un conocido escritor español en una entrevista que él detestaba el cuento. Así, con dos. Que le parecía una porquería y los que lo practicaban unos novelistas frustrados. Usted, también con dos, detesta el micro. Este tipo de afirmaciones me dejan perplejo y, desde luego, echan por tierra cualquier asomo de autoridad que pueda tener quien las emite. Reseñar un libro de micros en su blog es como meter un ratón en una jaula de gatos. Y como decía ese gran intelectual, Forrest Gump, no tengo más que decir sobre eso, que tengo otras cosas que hacer, oiga.

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  69. ¿Veis?
    Estereotipo 1: La sorpresa. ¿Pero a mí qué me importa la relación de la madre con esos gemelos, si no los conozco de nada? ¿Qué se supone que tengo que sentir? ¿Qué emoción late en el texto? NIN-GU-NA. Es una sinopsis, un puto agujero.El que quiera leer una buena historia sobre gemelos y misterio tendrá que leer una novela o ver una buena película como esta (basada en una novela):

    http://elpais.com/diario/1982/01/17/radiotv/380070003_850215.html

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  70. Lo que no hay es libros de microrrelatos de autores españoles contemporáneos buenos. Ni uno.

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  71. Por cierto, Sr Tongoy, y con esto juro que acabo, que tengo que trabajar. Le cito: "Decir que no soy fan de un sello que no he leído es una memez digna de un centro de atención especial". Para empezar, me llama retrasado mental, lo cual no es muy elegante. Y luego se contradice. Afirma, sin haberlo leído (ni ganas, dice) que ÁNgel Olgoso es "malo con avaricia", así, otra vez con dos. ¿Sobre que base? Pues que se lo han "soplado". Es que esto no tiene un pase. En fin, lo dicho, me voy, antes de que empiece la veda (sesuda de narices, por lo que leo)con Muñoz Rengel (podría organizar un paredón virtual y acabar con todos los microrrelatistas de golpe, pero eso dejaría un gran hueco en su blog). Vale.

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    1. Cuando quiera ser elegante lo sabrá.

      Y no. ¿Ve cómo hay que explicárselo todo? Yo no AFIRMO, sin haberlo leído, que Olgoso sea “malo con avaricia”. NO. Lo que yo dije fue lo siguiente: “Me han soplado (alguien de quien me fío un tanto) que es malo con avaricia.” No afirmo nada sobre ninguna base. Simplemente expongo la razón por la que no voy a leerlo.

      La semana pasada escribí algo sobre el libro de Rengel. Sin haberlo leído. Lo tengo ahí, en borradores. NO pensaba publicarlo pero acabo de cambiar de opinión.

      El libro acabo de pedirlo a la biblio.

      Y no, claro que no quiero acabar con todos los microcuentistas de golpe. ¿Dónde estaría la gracia?

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  72. Lo microrrelatos en general y estos en particular no aportan nada, un juguetillo en el que las más de las veces se entretiene más el que lo escribe que el que lo lee y que no implica más mérito, trabajo o talento. Toma más tiempo escribir un comentario en este blog que un microrrelato.

    Por Dios, hablemos un día de haikus

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    1. Con las tripas del último escritor de haikus ahorcaremos al último microcuentista.

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  73. Pues a mí me gusta este microrrelato. Creo que es del libro "Llenad la Tierra", de Juan Carlos Márquez:

    Amigos

    Un hombre con la ropa hecha jirones que hedía a vino barato me paró ayer en el vestíbulo del supermercado: «Eh, Adolfo, ¿no me reconoces? Soy yo, Leo, tu amigo imaginario de la infancia».

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  74. Vamos a ver:

    ¿El hombre venía de una capea? A lo largo de mi vida he visto a numerosos vagabundos y ninguno iba con la ropa "hecha jirones".

    ¡¡¡¿"hedía"?!!!. Sin comentarios. En un texto sólo puedes permitirte utilizar un verbo tan rebuscado si previamente has hecho uso, pongamos: unas treinta veces, del verbo oler. Lo contario es caer en la repipiada por la repipiada sin la menor necesidad de hacerlo.

    ¿Es fácil distinguir el olor del vino barato del de el vino caro? ¿Y del de el vino de precio intermedio? ¿A que distancia empiezan a apreciarse esos matices? ¿Dan igual para permitir esa diferenciación -barato/no barato- unos vinos que otros?

    Los supermercados ¿tienen vestíbulos? Siquiera los hipermercados ¿tienen vestíbulos?

    En fin... Corramos un tupido velo.

    Probablemente aparecerá ahora por aquí alguien para acordarse de mi progenitora y patentizarme sus deseos de querer defecar en mi cara, ya me ha pasado.

    Alguien que, encima querrá dárselas de ecuánime y comedido y me tachara a mí de intransigente y talibán, ya me ha pasado.

    ¿Y saben por qué? Porque todo eso que expongo ahí arriba es la puta verdad.

    Un abrazo para todos. Y a espabilar, que la vida son dos días!

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    1. Julián, ¿Hedía es un verbo rebuscado?.

      No me jodas, hombre, vas con la lupa y al final quedas en ridículo. Para empezar oler y heder no significan lo mismo.

      ¡No seas paleto, hombre, solo por quedar bien con el blogger!

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    2. Tú mismo...
      ¿Cuántas veces enuncias, en cualquiera de sus tiempos, el verbo "heder" a lo largo de... pongamos... un año de tu vida?. Una, dos... ¿más...?
      ¿Trabajas, tal vez, en una fábrica de abonos? ¿acaso en el servicio municipal de alcantarillado? ¿quizás en una guardería...?

      Me importa un pimiento quedar bien o mal con blogger, con quien sí tengo una obligación moral de quedar bien es con la verdad. Venga, un abrazo ;-)

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    3. No seas malévolo*, sino magnánimo*, Julian Bluff, y ven con nosotros, los microrrelatistas, a la playa a contemplar la alborada*.

      *Palabras usadas en los microtextos de su blog por Julian Bluff (sin rebuscar)

      También, de paso, puedes buscarte un nombre más original:
      http://julianbluff.blogspot.com.es/

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    4. Una obligación moral con la verdad. Cambia el guionista, somemo.

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    5. Julian, ay Julian, si es que no entiendes nada: que es un amigo imaginario de la infancia y los personajes imaginarios no tienen que cumplir cuentas con la realidad. El protagonista del cuentecillo de Márquez lo ve así, pero lo podría ver como le saliera de los huevos, con la ropa hecha jirones o con la camiseta del Athletic, porque es evidente que no es un cuento realista.

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  75. Una pregunta, y juro que sin mala intención, sólo por curiosidad: he leído una sinopsis de la tan alabada "Baruc en el río" y el argumento me ha recordado, ligeramente (y salvando las distancias, claro)al "Barón rampante" de Calvino. Para quien las haya leído, por favor: ¿tiene algo que ver?

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    1. No tiene nada que ver, Jonan, ni el tono, ni la trama, ni el estilo. Nada que ver.

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  76. http://www.canstockphoto.es/supermercado-vestíbulo-4852915.html

    http://i0.wp.com/www.sopitas.com/site/wp-content/uploads/2012/11/policia_mendigo_foto_.jpg?fit=490%2C1000

    http://lema.rae.es/drae/?val=heder


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  77. Uno de Hemingway que probablemente todos conozcan:

    "Vendo zapatos de bebé, sin usar".

    A mí no me parece ninguna tontería.

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  78. ¿Entonces a partir de cuántos folios un cuento merece ser considerado Literatura?

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    1. Vaya pregunta. Eso no se decide en función de los folios. Eso lo decidimos aquí.

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  79. Nota: En esta parte del mundo seguimos esperando que nos indiquen, los fans de Abella (que ya son legión) cuáles son los micros buenos. Sé que es difícil, pero se pueden esforzar un poquito, cojones. Si tiene que ser una serie, sea, pero a ver si nos vamos ahora a sacar una novela de la manga, no me jodan, que al final va a resultar que con tanta continuidad los que más defienden la valía de Abella como microrrelatistas son los mismos que acaban por defenestrarla. Un poquito de rigor, por el amor de dios, que para hacer el cafre ya estamos los demás.

    Por cierto, el otro día me bajé el dichoso Baruc. Está pirateable por ahí,  lo digo por si, como yo, no quieren arriesgar la pasta. Pues bien, lo empecé un día a las tantas y, o mucho mejora la cosa, o yo me voy a echar un par de cientos de sientas en el entretanto.

     

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    1. Va Tongoy, que Olgoso no te convence, te recomiendo otro: Alberto Chimal.

      Por cierto, también estaría bien que nos pusieses aquí algún microrrelato en castelllano que te guste. Lo digo por calibrar. A mí estos de Abellá me parecen nefastos, pero tampoco logro entender cuáles son los que a ti no te parecen nefastos.

      Os pongo uno de Chimal (para que lo destrocéis o elogiéis según veáis):

      ÁLBUM

      La cara de su madre. La muñeca que arrojó por la ventana. El libro que quemó. La pecera que vació en la sala. La muñeca a la que arrancó las piernas. Su primer psiquiatra. El tazón con el que golpeó a su madre. Su niñera poco antes de marcharse. Su abuela materna poco antes de marcharse. Su padre poco antes de marcharse. La cara de su madre. El gato al que metió en el horno. Su segundo psiquiatra. Su primer kinder. El niño al que pateó. Su tercer psiquiatra. La trenza cortada de su compañera. El rincón en el que estuvo castigada. La cara cortada de su compañera. Su cuarto psiquiatra. Su segundo kinder. El perro al que destripó. La silla a la que fue atada. El brazo en cabestrillo de su madre. El brazo en cabestrillo de su maestra. El brazo en cabestrillo de su quinto psiquiatra. Su tercer kinder. El niño que la golpeó. Un trozo de la oreja del niño que la golpeó. Su cuarto kinder. La denuncia en su contra. El bolso de su madre. El director de la primaria que no quiso admitirla. La cara de su madre. El director de la segunda primaria que no quiso admitirla. La tarjeta de débito de su madre. El director de la primaria que aceptó admitirla. La niña a la que trató de ahogar en un excusado. La niña a la que empujó por las escaleras. La carta en su contra de los padres de sus compañeros. La cara de su madre. Un hombro desnudo de su madre. El director de la segunda primaria que aceptó admitirla. El suéter de su compañero desaparecido. El cuerpo de su compañero desaparecido. La cara de su madre. La patrulla que fue a buscarla. La cara de su madre. El autobús que abordó con su madre. El primer motel donde durmió con su madre. El incendio del primer motel donde durmió con su madre. El boletín con la foto de su madre. La cara de su madre. El segundo motel donde durmió con su madre. El bebé que resistió tres días en el cuarto donde durmió con su madre. La cara de su madre. El tercer motel donde durmió. El teléfono que su madre trató de usar. La cara de su madre. Un ojo de su madre. La lengua de su madre. El otro ojo de su madre. El coche del hombre que la recogió en la carretera. La primera comentarista que habló de ella en la televisión. El coche del segundo hombre que la recogió en la carretera.

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    2. Interesante. Anotado. Mañana tengo que ir a la biblio a recoger unos libros que he pedido. Me cogeré también uno de Chimal llamado SIETE.

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  80. Ende luego... Qué daño hace a muchos que las editoriales les rechacen sus obras una y otra vez. Bueno, siempre les quedará un blog.

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  81. Bueno, os dejo. Tengo cadena humana y no me la quiero perder por nada del mundo!

    Quique

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  82. Venga, más ejemplos, más ejemplos. Animaos.

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  83. LUIS XVI

    Yo.

    Juan Pedro Aparicio

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  84. Julian Bluff no usa nunca heder en su vida diaria, pero sí que debe usar "magnánimo", "alborada", etcétera. Qué alborada tan magnánima nos trae su blog.

    http://julianbluff.blogspot.com.es/2013/07/la-octava-dimension.html?m=1

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  85. Y esto no es repipi ni pedante, claro:

    Me siento solo. Solo, con mi indiferencia, mi pereza, mi melancolía... Al final, no sé si en el fondo no integrará toda la indolencia que lastra mi ánimo el mar más favorable para que naveguen dispersos, a la deriva, sin excesivo riesgo de naufragio, los sentimientos y las razones que le otorgan una entidad propia a mi vida.

    http://julianbluff.blogspot.com.es/2013/06/la-marea.html?m=1




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  86. Otro:

    LA CARTA

    "Todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolios y, antes de comenzar la tarea diaria, escribo una línea en la larga carta donde, desde hace catorce años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio."

    Luis Mateo Díez.

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    1. Vale, vale, que sí, que lo leo. Deme un mes o así, que tengo que conseguirlo y no es fácil.

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  87. ¿Usted nunca ha oido hablar del "tono" aplicado a la literatura?
    Supongo que sí.
    Mire, lo que tiene que hacer es dejarse de gilipolleces de si julianbluff ha dicho esto o ha dicho lo otro, o de lo que escribe o deja de escribir el sujeto, ese, en su blog (al fin y a la postre y así lo ha querido él, porque lo sabe: julianbluff es un bluff) y afanarse, dejarse el cuerpo el cuerpo y el alma -a tiras si hace falta- en la meta de llegar a escribir de puta madre. Eso es lo que tiene usted que hacer. ¡Ah! y si el pobre julianbluff tiene razón en lo que le dice, dársela, sin más, y dejarse de pamplinas.

    ¡Otro abrazo más, coño!.

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    1. Otro para ti y saluda a tu perro de mi parte:

      https://www.facebook.com/julian.bluff

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    2. Como todos ustedes se habrán podido imaginar, a poco que tengan dos dedos de frente, el manguta del perro, que sí, que tiene pinta de ser mú buena persona, pero también tela de nerdy, no soy yo. Un suplantador, de cuya I.P me voy a enterar ipso facto gracias a mi aplicación especial para detectar I.P's de soplapollas.

      Julianbluff a veces, cuando escribe, y cuando le sale de los cojones ¡claro! emplea la palabra "alborada" otras, también cuando se le pone en la punta del nabo, utiliza la palabra "magnánimo", pero eso no quiere decir hijitos míos, pequeños bastardos, inocentes lechoncetes, que sea un baldragas. Así que... ya estáis borrando ese perfil falso del faisi ¿Entendido, chavales, o os lo tengo que repetir dos veces?

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  88. Sobremesa o fin del mundo

    Hoy después de comer he retirado el mantel, he lavado los platos, y un día estaré muerto.

    Eloy Tizón

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  89. "Devora el caníbal al último hombre"

    Seísmos (cuentos de seis palabras). Javier Puche.

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  90. No entiendo. ¿En verdad esta gente no ve que estos microrrelatos son basura? Las anécdotas son trilladas y, sobre todo, el lenguaje es muy pobre. Una simple y llana redacción.

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    1. No, no lo ven. Imagínese a qué tipo de lectura están acostumbrados.

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    2. ¿Te refieres a todos los que está copiando la gente en sus comentarios, a los de Tizón, Diez, Shua, etc? ¿Todos son malos?

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  91. "La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Esa así como nunca llega a formularse la ley de la gravedad".

    Ana María Shua.

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