lunes, 4 de julio de 2016

‘La polilla en la casa de humo’ de Guillem López

Lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo con este libro es algo que me tiene absolutamente fascinado. (Bueno, es decir, “absolutamente”) Y mira que no soy yo de fascinaciones gratuitas pero es que esto es tremendísimo. Me refiero a la gente, a los críticos, a la opinión que, en general, se tiene de este libro. No he encontrado ni una mala reseña. Es más, no he encontrado ni un solo reseñista al que no se le haya hecho el pis cocacola con la polilla de marras. Un tal biblionauta, por ejemplo, decía lo siguiente:

«He valorado el libro con cinco estrellas, pero podrían haber sido cuatro. O cincuenta. La verdad es que sigo dándole vueltas en la cabeza a esta novela. No sé si La polilla en la casa del humo será o no una piedra de toque de la ciencia ficción española, pero lo que puedo decir es que no se trata de un libro que deje indiferente. Te estruja, te maltrata y te pone del revés. La historia es potente, y tiene múltiples y ricas lecturas, y la lengua de Guillem López es tremendamente atractiva, dúctil. Un libro diferente, sin duda, que vale la pena leer».

Al margen del habitual exceso (¡múltiples y ricas lecturas!, ¡te pone del revés!), de esa permanente búsqueda del Elogio Definitivo que ha de acabar con todos los demás, está la coletilla de LIBRO DIFERENTE, que a mí es realmente lo que me trae por la calle de la amargura. ¿Diferente de qué? ¿Diferente en qué sentido? No lo sé. Nadie lo aclara. Cuando consigues librarte de esa capa, de esa costra de chorradas sesudocríticas, lo único que queda es el discurso habitual, el ya clásico, “me ha encantado”, “guau cómo he flipado”, “jolines, me ha volado la cabeza”, que al final es, las cosas como son, lo que mejor funciona entre quienes se conocen. En cualquier caso creo que ya vamos por cuarenta culos torcidos y catorce relamidos, lo cual no es ni medio normal.

En mi opinión, hay demasiada tontería. O bien no sabemos leer, o bien leemos lo que no debemos (esto, seguro), o bien lo que se publica es tan rematadamente malo que cualquier insignificancia puede parecer una obra maestra. No soy lector de género y por lo tanto no tengo herramientas para sacar conclusiones válidas pero voy a pensar que, tal como parece, se trata de una cuestión de agravio comparativo, así también evitamos dejar a esos reseñistas como auténticos gilipollas, con perdón.

La polilla en la casa de humo tiene muchísimo de convencional. Es la clásica fusión de géneros que, en ocasiones, funciona y que bien pudiera ser el caso. Aquí tenemos una novela negra de toda la vida de dios, esto es, barrio pobre industrial, alto índice de criminalidad, corrupción, hampones y un mequetrefe que quiere medrar a costa de los demás. Ahora mismo no me sale el nombre de la película pero creo que hay doscientas exactamente iguales. 

Pues bien, lo único que Guillen López hace es traerse los recursos propios de ese tipo de novela a reino de ciencia ficción, de la distopía o cualquier topía que ustedes prefieran. El mundo se ha ido a la mierda; la población, una parte, al menos, se recluye bajo tierra. Viven en cuevas y perforan y perforan y perforan, igualitos que los Curris. Es un reino triste y oscuro, hijo directo de la revolución industrial, con una mecanización llevada al extremo de sustituir miembros por maquinaria, dando como resultado ciborgs o mutantes, lo que nos lleva a pensar en una variante pobre del steampunk.

Y eso es todo. 

Yo no sé si el problema es que los lectores de fantástico o ciencia ficción no son mucho de leer novela negra, igual es eso, pero de verdad verdadera que la cosa no es ni remotamente para tantos desvelos y masturbaciones. Es más, no es ni remotamente para la mitad de tanto.

Personajes de laxa moral hay en la literatura para aburrir, por lo tanto que me venga ahora a decir Ismael Biurrum que hacía mucho tiempo que no se encontraba con un personaje como 21 (el protagonista) lo único que demuestra es que o bien Biurrum no está escogiendo bien sus lecturas o yo tengo propensión a la risa fácil. En cualquier novela de James Ellroy hay no menos de 412 personajes como ese o infinitamente peores. Si acaso algo más aseados, pero desde luego no mejores.

Pero déjenme que les ponga en contexto:

Bajo tierra, un menda lerenda que ni para tunelar vale se lía la manta a la cabeza y, por bocas, la lía parda: acusa indiscriminadamente a unos y otros de robarle amatistas al capo máximo, al papichulo de la topera, un camellísimo de armas tomar y cohorte de maldades y mutontos con problemas de riego. Va de soplón queriendo medrar y nadie lo ve venir pese a lucir palmito sin dar palo al agua y hacer más preguntas que el pasapalabra. 

La cosa, pues, va de traiciones sobre fondo de suburbio de principios de siglo XX; el nene, de una amoralidad superviviente y pese a saberse más judas que el original monta él solito una trama que ni Hammet en estado de gracia y la llena de casualidades que lo mismo hacen diana que no. La sucesión de carambolas (de uno que va exactamente a donde tiene que ir y otro muere exactamente como tiene que morir y un tercero que traga exactamente con lo que tiene que tragar) pueden llevar a engaño y hacernos creer que estamos frente a una inteligentísima novela que funciona como una pieza de relojería, que es un elogio que tampoco se escucha casi nunca; un artefacto (ya estamos…) en el que se suceden las trampas, empezando por un entorno tan hostil y mal iluminado que cuesta imaginar semejante conciencia de uno mismo en unas circunstancias que debieran ser poco o nada excepcionales.

Hay demasiada gente a la que le gusta el final pero eso puede tener que ver con que hay demasiada gente en el mundo y no todos pueden presumir de ser tan listos como nosotros.



6 comentarios:

  1. Joder, yo había entendido La polla en la casa de humo...

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  2. Meter a los curris en la reseña de una novela: insuperable :-)

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  3. Aquí otra reseña que no hace alharacas:
    http://universodepocos.blogspot.com/2016/07/la-polilla-en-las-casa-del-humo-de.html

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  4. A mi me parece que la voz del protagonista está bien tratada y sabe construir/sugerir un mundo con las pinceladas justas. El "no es tan novedoso" que sugiere tu reseña no lo discuto en absoluto, pero sí que creo que el libro tiene virtudes importantes. El uso de la voz que he mencionado, la creación de las Polillas y la hermana, la exageración de la disfuncionalidad de la familia de 21, el anhelo de escapar a una superficie casi mítica, etc, etc. ¿Que son recursos que ya estaban inventados? Nos ha jodío: sin duda. ¿Que bebe mucho de la novela negra? Pues probablemente. Yo veo mucha influencia de "El guardián entre el centeno", también. Pero personalmente me interesa la mezcla de géneros y creo que este libro lo hace muy bien.

    Y que conste que creo que esta reseña plantea cosas importantes y tiene la virtud de mirar más allá que todas las otras (mía incluida), pero así como es posible que muchos hayamos exagerado en lo positivo, también creo que esta exagera en lo negativo. O no, que cada cual lee como lee.

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